Torpe vanidad

Por querer mostrar demasiado,
a veces peco,
no hay mala intención en ello,
o al menos, eso creo, la verdad.
Ni es tan bueno lo que digo,
Ni mucho menos mi talento,
así pues porqué lo intento,
si no es, por vanidad.

Supongo que por eso ofendo,
porque la vanidad ofende.
Ofende a la inteligencia, por su vacuidad,
a la integridad, por querer eclipsar la de los demás.
En apariencia es poderosa, porque es arrogante,
tanto, como aborrecible su semblante.
Es puro excremento, aunque no sé de qué alimento,
pues quien caga vanidad, no sé qué ha comido, la verdad.

La belleza y la vanidad nada tienen que ver,
aunque a menudo se las relaciona.
No hay cosa que más odie la belleza,
que verse mezclada con esa zorra.
Cuando la pureza ve sonrojarse a la belleza,
sabe que la vanidad ha llegado a la fiesta.
Deslumbrante y odiosa, mira a todas partes sin ver nada,
mostrando impávida, su mundo color de rosa.

De la vanidad se enamora el cretino y así es luego su destino.
arruina a la honradez y ensombrece a la humildad,
perturba la ociosidad, con su caminar oscilante,
perverso, de falso talante y escaso verso.
Esperpéntica, adolece de verdadera estética,
plato de mal gusto, es en cualquier mesa.
Solo en un lugar su efecto enriquece,
frente a otra vanidad.

Vulgar y vehemente propósito,
el de conquistar el éxito, o tan solo sobresalir.
Es preferible sobresalir por permanecer en el sitio,
pues el éxito, si quiere, ha de venir.
Que sea de laurel sólo su corona, sin espinas,
que sea el merecido esfuerzo, su razón de ser,
que huelgue explicar el éxito, por ser la verdad,
y no un mero acto, de torpe vanidad.
* * * *

Me parece bonito y necesario,desarrollar un sentimiento, una percepción de un aspecto de la vida, reflejarlo en la poesia, buscando siempre al final un encuentro con la salida, un acercamiento a la verdad . Ello se ve en esta poesía .
Gracias Jordi