- Óscar Bartolomé PoyFundador del ParnasoGenerador de debatePremio a la participación activa en el foroInsignia de oroDistinción al poeta que obtiene el reconocimiento de los demás compañerosPopularidadGalardón al poeta cuyos temas gustan a la comunidadMirmidónVeterano del foro
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Como un día cualquiera
Vie Jul 03, 2015 6:01 pm
Después de mucho pensarlo, cogió el móvil y le envió un mensaje. Llevaban más de cinco años sin hablarse. Sólo quería saber qué era de ella, dónde vivía, en qué trabajaba, si estaba bien. Las cosas no acabaron de la mejor manera posible entre ellos, pero había sido una persona importante en su vida. En otro tiempo se habían querido. Eso bastaba para deponer su orgullo.
A menudo se encontraba pensando en ella, y muchas veces había deseado escribirle o llamarla en recuerdo de aquella felicidad compartida, pero nunca hasta entonces se había atrevido a dar ese paso. Creía que le correspondía a ella, pues ella había propiciado la separación. Aún estaba resentido por su desidia, por su falta de compromiso, por su silencio tan cruel. No había olvidado lo mal que se portó con él, cómo le evitaba cuando él más la necesitaba, cómo se alejó sin darle ninguna explicación. Cobardemente. Tampoco la había perdonado. Sin embargo, el tiempo había mitigado en gran medida la afrenta, que ahora sólo le producía un leve escozor.
Mientras él le escribía, separados por 10.470 kilómetros, dos océanos y quince horas en avión, ella estaba dándose una ducha. Su novio, que remoloneaba en la cama, perezoso, oyó la vibración y el pitido del móvil. Se dio la vuelta, tanteó con la mano en la mesilla y alcanzó el aparato. A continuación leyó el mensaje y, entre desconcertado y celoso, lo borró. Cuando ella salió de la ducha, se levantó, la estrechó de la cintura y la besó. La besó como si llevara un lustro sin besarla. Su piel y su cabello aún estaban húmedos, y sus pies descalzos se deslizaban como un riachuelo por el suelo entarimado. Sonriente y un tanto turbada por aquella exaltación amorosa, le preguntó si había tenido un sueño bonito. Él, meloso, le respondió que el sueño lo había tenido al despertar. No le dijo nada del mensaje ni de su antiguo amor.
Desayunaron sopa de miso y arroz, y se fueron a sus respectivos trabajos. Como un día cualquiera.
A menudo se encontraba pensando en ella, y muchas veces había deseado escribirle o llamarla en recuerdo de aquella felicidad compartida, pero nunca hasta entonces se había atrevido a dar ese paso. Creía que le correspondía a ella, pues ella había propiciado la separación. Aún estaba resentido por su desidia, por su falta de compromiso, por su silencio tan cruel. No había olvidado lo mal que se portó con él, cómo le evitaba cuando él más la necesitaba, cómo se alejó sin darle ninguna explicación. Cobardemente. Tampoco la había perdonado. Sin embargo, el tiempo había mitigado en gran medida la afrenta, que ahora sólo le producía un leve escozor.
Mientras él le escribía, separados por 10.470 kilómetros, dos océanos y quince horas en avión, ella estaba dándose una ducha. Su novio, que remoloneaba en la cama, perezoso, oyó la vibración y el pitido del móvil. Se dio la vuelta, tanteó con la mano en la mesilla y alcanzó el aparato. A continuación leyó el mensaje y, entre desconcertado y celoso, lo borró. Cuando ella salió de la ducha, se levantó, la estrechó de la cintura y la besó. La besó como si llevara un lustro sin besarla. Su piel y su cabello aún estaban húmedos, y sus pies descalzos se deslizaban como un riachuelo por el suelo entarimado. Sonriente y un tanto turbada por aquella exaltación amorosa, le preguntó si había tenido un sueño bonito. Él, meloso, le respondió que el sueño lo había tenido al despertar. No le dijo nada del mensaje ni de su antiguo amor.
Desayunaron sopa de miso y arroz, y se fueron a sus respectivos trabajos. Como un día cualquiera.
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Re: Como un día cualquiera
Vie Jul 03, 2015 11:30 pm
Me gustó mucho tu relato, Óscar, el otro día estaba con unos amigos cenando y uno de ellos comentó que su pareja le leía el móvil y que habían tenido una bronca monumental, yo, ni siquiera pude creerme que eso sucediera, pero, se ve que sí. Creo, que eso sólo puede suceder cuando una persona es muy insegura, aunque en realidad me parece que no tiene ninguna justificación...
Abrazo grande.
_María
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Re: Como un día cualquiera
Sáb Jul 04, 2015 12:30 pm
María López escribió:Me gustó mucho tu relato, Óscar, el otro día estaba con unos amigos cenando y uno de ellos comentó que su pareja le leía el móvil y que habían tenido una bronca monumental, yo, ni siquiera pude creerme que eso sucediera, pero, se ve que sí. Creo, que eso sólo puede suceder cuando una persona es muy insegura, aunque en realidad me parece que no tiene ninguna justificación...
Abrazo grande.
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Para mí tampoco la tiene. La violación de la intimidad, o de la correspondencia, me parece imperdonable. Pero está claro que hay gente tan insegura que necesita husmear en la vida de los demás. ¿Y sabes qué suele suceder en estos casos? Que el que busca un motivo que le haga dudar, lo encuentra. El culpable siempre es el entrometido.
Un abrazo, María.
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