Un sueño lúcido

Veo mi cuerpo sumergido
en una burbuja de colores,
me desplazo a el empíreo.

En ese viaje sideral,
la muerte dulce
hacia los tres cielos; me guía.

Manos mágicas abren el precinto
de lo enigmático y sublime.

Unos cánticos interrumpen
al silencio absoluto,
con la emoción la piel se me eriza.

Veo ángeles o ¿son alienígenas?
que trasmiten calidez por telepatía.

Una divinidad me sobrecoge
me siento nonada, es inefable.

Consciente me aferro a ese sueño
para seguir viviendo esa fantasía.

Precioso poema. Un abrazo Catalina

Tus palabras me motivan, Leo precioso y sonrío con satisfacción.

Gracias José un abrazo.