¡Dadme descalzas!

“Naranjas para todos; ¡hay naranjas!”
sin una sola muesca, cual playa blanca
azules, azules costas, ¡dadme naranjas!
ácidas, blancas, negras y agrias.

Tumbadas en la arena, ¡sol, hazme brasas!
el calor te suda, la mar te calma
el paseo se aleja; ¡hay agua, calla!
saltan los niños sin pies y braman.

Castillos; ¡hazme castillos!
se hunden a espejismos, deseo y magia
no entienden los sonidos, ¡confunde, habla!
Blancas, negras, doradas, ¿probarlas?

Duerme la tarde a la costa brava,
descienden las calles y las descalzas.

Luna de pasos, ay si pararas
la mar y el faro
muesca negra, muesca blanca
dadme, hazme, al habla y calla.

Noche blanca, noche…
noche a la noche, ya echada
ácida, agria, el agua clara
¡probadlas!, ya dulces, ya saladas.

Se acerca ya el alba, el sol exclama:
“Naranjas para todos; ¡hay naranjas!”
Ya vive el día a la costa brava,
descalzos van los niños; “¡dadme descalzas!”

… la mar reclama: “Hazme un castillo,
de espejismos deseos y magias”

y confunde, al habla, agrios y ácidos
y a dulces y saladas; ¡probadlas!...
… si las descalzas, ay, mi adorada...
Sorolla, playa, bella, descalza, tú...

duerme,

                   … duermen los niños,
viven; vive tú,
desnuda naranja…

en las muescas de la arena
anónima; ¡ay, no olvidada!