Poema de (otro) adiós.

Juró no encariñarse, no de nuevo como en aquel invierno.

Y se dio cuenta que ha pasado un año desde entonces,

en el cual ha conocido a más gente, pero sigue sin ser lo mismo de antes.



Solía decirse a sí misma que su cariño no vale,

que es algo gratis, que cuesta menos que un pasaje.

Le hicieron abrir los ojos, y se corrigió tomando el volante:

"¡Mi amistad sí tiene precio, y es un error menospreciarse!"



Creyó que las personas son verdaderamente únicas,

y afortunadamente creía bien en su corazonada,  

por razones que comprobó de forma lúdica.  

Es que se reía a carcajadas, y la risa suele ser sana.



Y se encariñó, por desgracia.

Y a su amistad la llamó virtual.

Y en sus ojos descubrió lágrimas.

Y escribió versos sin valor.

Pero no sabía manejar, y de un choque la razón cobró.

Un choque de realidad...





Dedicado a Luca.