LA PALABRA JUSTA

Buscando la palabra justa
me tropecé con las dudas
de mi eterna condición
de ángel o demonio,
encuentro versos abandonados, antiguos
pero que ofrecen algo.
Destierro la palabra silencio.
Silencio no me convences,
¡te diré que no!
Crecen mis manos de escribano, pero asustadas
de no encontrar la palabra justa,
adecuada a mi mirada.
Esta obsesión por encontrarte, de vivir en ti y morir por ti,
porque siento tu llamada
y la voz de tus labios me salva.
Tu disfraz me despista, a veces todo fuego otras hielo. Me prometiste que los dientes del dolor no me alcanzarían, y así todos los días, mis manos agrietadas de quererte, mi frente rota de pensarte.
Esta tarde las palabras viajan sueltas huérfanas, en la siesta, solitarias, y las he ordenado, palabras con carne,
con deseo,
sin disfraces,
solo palabras,
vivas,
un torrente de voces saturadas de cariño.

"Crecen mis manos de escribano, pero asustadas
de no encontrar la palabra justa,"

"Me prometiste que los dientes del dolor no me alcanzarían, y así todos los días, mis manos agrietadas de quererte, mi frente rota de pensarte."

Son los versos que más me han gustado. El final es muy tierno.

Saludos.