Bebed, hijos míos...

"La poesía es el vino de los demonios" Dijo San Agustín.

Bebed, hijos míos, bebed hasta desangraros
de injusticia y soledad.

Bebed hasta que el día pudra sus dientes de marfil
a la sombra de unas leyes sin causa.

Bebed hasta que el viento arranque las veletas
de los tejados más altos.

Bebed hasta que se agrieten las calles
de rabia y dolor,
de manifestada incredulidad
manifiesta por el ser humano.

Pólvora que no arde,
sed que no sacia...

Bebed, hijos míos, bebed hasta desangraros.

Bienvenido al foro, Omar.

La cita de San Agustín con la que abres el poema nos sumerge de lleno en tu ambientación.

En el capítulo de aciertos, estos versos me han parecido destacables:

"Bebed hasta que el día pudra sus dientes de marfil
a la sombra de unas leyes sin causa."

Pero también veo algunos errores como esta cacofonía:

"de manifestada incredulidad
manifiesta por el ser humano."

Lo más importante, con todo, es que el poema transmite y supura sangre.

Saludos, y gracias por compartir.

Gracias por tu comentario, Óscar.

Me alegra ver que el poema te ha transmitido justo lo que buscaba cuando lo escribí.

Decirte también que para mí esa cacofonía no es un error, me gusta usarla como recurso en poemas con los que quiero expresar ese "ambiente pútrido, oscuro, desagradable..."

Gracias de nuevo por tu comentario. ¡Un saludo!