Yo sé que la piel tiene memoria

Yo sé que la piel tiene memoria,
igual que guarda cicatrices,
custodia un mapa de caricias,
un bosque lleno de deseos.
Yo sé que la piel tiene memoria
al roce de un contacto que la toma,
esconde un cauce de nostalgias,
cobija un mundo de misterios.
Yo sé que la piel tiene memoria,
hospeda en su cartografía
abrazos guardados en su frente,
ternezas hilvanadas con azúcar.
Yo sé que la piel tiene memoria,
se acuerda del roce de tus labios,
del gesto de tus manos en mi vientre
del tacto de tu piel sobre mis senos.
Yo sé que la piel tiene memoria,
no entiende de razones ,ni corduras,
entiende de la sombra de tu ausencia
en la carne que nunca cicatriza.

María López escribió:Yo sé que la piel tiene memoria,
igual que guarda cicatrices,
custodia un mapa de caricias,
un bosque lleno de deseos.
Yo sé que la piel tiene memoria
al roce de un contacto que la toma,
esconde un cauce de nostalgias,
cobija un mundo de misterios.
Yo sé que la piel tiene memoria,
hospeda en su cartografía
abrazos guardados en su frente,
ternezas hilvanadas con azúcar.
Yo sé que la piel tiene memoria,
se acuerda del roce de tus labios,
del gesto de tus manos en mi vientre
del tacto de tu piel sobre mis senos.
Yo sé que la piel tiene memoria,
no entiende de razones ,ni corduras,
entiende de la sombra de tu ausencia
en la carne que nunca cicatriza.

María, mucho ritmo aquí, se nota que te has trabajado la forma y te ha quedado muy bien.
Un poema en tu línea de nostlagia, sensualidad y elegancia.

Me ha encantado.

Saludos.

M.G.Hernández escribió:

María López escribió:Yo sé que la piel tiene memoria,
igual que guarda cicatrices,
custodia un mapa de caricias,
un bosque lleno de deseos.
Yo sé que la piel tiene memoria
al roce de un contacto que la toma,
esconde un cauce de nostalgias,
cobija un mundo de misterios.
Yo sé que la piel tiene memoria,
hospeda en su cartografía
abrazos guardados en su frente,
ternezas hilvanadas con azúcar.
Yo sé que la piel tiene memoria,
se acuerda del roce de tus labios,
del gesto de tus manos en mi vientre
del tacto de tu piel sobre mis senos.
Yo sé que la piel tiene memoria,
no entiende de razones ,ni corduras,
entiende de la sombra de tu ausencia
en la carne que nunca cicatriza.

María, mucho ritmo aquí, se nota que te has trabajado la forma y te ha quedado muy bien.
Un poema en tu línea de nostlagia, sensualidad y elegancia.

Me ha encantado.

Saludos.

Pues sí, éste está un poco más trabajado en ese aspecto, pero, a mí me cuesta mucho el ritmo.
Me alegra si te gustó.

Abrazo grande.

_María

"ternezas hilvanadas con azúcar"

El azúcar es tan dulce al paladar como al oído. Es una de esas palabras que combina bien con casi cualquier metáfora, sobre todo si es de índole amatoria. La piel tiene memoria, igual que guarda cicatrices, sí, y en este poema la repetición de ese mantra aviva el ritmo, como ha señalado Mariano.

Un abrazo, María.

Óscar Bartolomé Poy escribió:"ternezas hilvanadas con azúcar"

El azúcar es tan dulce al paladar como al oído. Es una de esas palabras que combina bien con casi cualquier metáfora, sobre todo si es de índole amatoria. La piel tiene memoria, igual que guarda cicatrices, sí, y en este poema la repetición de ese mantra aviva el ritmo, como ha señalado Mariano.

Un abrazo, María.

También a mí me gusta el término azúcar, que viene del árabe assúkkar, suena dulce , sí. La piel es el sexto de los sentidos, casí, y guarda su memoria.

Abrazo grande.

_María

María López escribió:Yo sé que la piel tiene memoria,
igual que guarda cicatrices,
custodia un mapa de caricias,
un bosque lleno de deseos.
Yo sé que la piel tiene memoria
al roce de un contacto que la toma,
esconde un cauce de nostalgias,
cobija un mundo de misterios.
Yo sé que la piel tiene memoria,
hospeda en su cartografía
abrazos guardados en su frente,
ternezas hilvanadas con azúcar.
Yo sé que la piel tiene memoria,
se acuerda del roce de tus labios,
del gesto de tus manos en mi vientre
del tacto de tu piel sobre mis senos.
Yo sé que la piel tiene memoria,
no entiende de razones ,ni corduras,
entiende de la sombra de tu ausencia
en la carne que nunca cicatriza.

Precioso, María. Me ha encantado la dulzura no solo de las trenzas de azúcar, sino de cada verso; la delicadeza con la que has hecho estas descripciones que aunque finalizan con esa carne que nunca cicatriza, hablan del amor puro que no termina nunca porque se queda grabado en la piel.
El verso anafórico es hermoso.
Un gran abrazo.

Marisol Galarza escribió:

María López escribió:Yo sé que la piel tiene memoria,
igual que guarda cicatrices,
custodia un mapa de caricias,
un bosque lleno de deseos.
Yo sé que la piel tiene memoria
al roce de un contacto que la toma,
esconde un cauce de nostalgias,
cobija un mundo de misterios.
Yo sé que la piel tiene memoria,
hospeda en su cartografía
abrazos guardados en su frente,
ternezas hilvanadas con azúcar.
Yo sé que la piel tiene memoria,
se acuerda del roce de tus labios,
del gesto de tus manos en mi vientre
del tacto de tu piel sobre mis senos.
Yo sé que la piel tiene memoria,
no entiende de razones ,ni corduras,
entiende de la sombra de tu ausencia
en la carne que nunca cicatriza.

Precioso, María. Me ha encantado la dulzura no solo de las trenzas de azúcar, sino de cada verso; la delicadeza con la que has hecho estas descripciones que aunque finalizan con esa carne que nunca cicatriza, hablan del amor puro que no termina nunca porque se queda grabado en la piel.
El verso anafórico es hermoso.
Un gran abrazo.

Gracias por tu atenta lectura, el verso anafórico, sustenta el mensaje del poema en su repetición o al menos eso era el objetivo, y sí el poema intenta guardar esa ternura que se quedó prendida en la piel.

Un gran abrazo.

_María