- InvitadoInvitado
Matrix
Jue Jun 17, 2021 4:34 am
Me tomé la píldora equivocada, con lo buena que estaba la del vestido grana, con lo fácil que era ser energía recolectada con un sin fin de ventajas soñadas, pero salí rana, no quería ser una planta, quería saltar del pantano acomodado por los amos, a los reclamos cantando de los sapos, croando con el pecho hinchado, otros campos cercanos navegando río abajo, me encontré un lagarto de secano que me saludó, diciendo, buen viaje hermano, y al que le correspondí con mis manos, pasé también por unas cascadas después de unos rápidos y se me quitaron las ganas de seguir conquistando nuevos retablos, casi ahogado, me acerque a la orilla y respirando salvado, me dormí bajo un árbol descansando extenuado, me despertaron unos cantos de pájaros que ni habían reparado en su invitado naufragado, preferí saltarme el protocolo y me hice el sordo y el loco ante los poderosos pobladores de las copas arbóreas, y me sumergí de nuevo huyendo de los dueños de esos terrenos, después de unas horas con las aguas calmadas y mansas se fue abriendo ante mi vista una marisma llena de vida que oía en algarabía y me atraía con alegría a sus familias tan distintas que coexistían unidas bañadas por las aguas saladas que entraban como si nada hasta las faldas de las mansas que llegaban desde las montañas y se mezclaban dulces y bravas diferenciadas creando un hábitat tan ávido que supe de inmediato que había llegado a mi destino y fui acogido indistinto como un amigo que se atrevió a buscar un paraíso y llegó hasta donde el mar y la tierra baten aguas y se alimentan de sus diferencias con la recompensa que mezcla venga de donde vengan los que converjan a su vera.
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