No me doy cuenta

Yo no sé por qué al verte me crecieron pájaros en los hombros,
nunca supe el origen de esta hiel convertida en ámbar,
ni oí el soliloquio del ciprés
cuando pasabas, núbil.

Yo solo quería una prímula sin voz en mis costillas,
un carámbano en mi desierto, el diluvio breve de un cirro de oro.

Perseguir tu sombra de abril junto a los cristales de un vitral,
morir en los charcos como un espejismo,
ser rama de un árbol de hielo
en la tórrida herrumbre de la luz.

El azar es un jinete blanco,
una nebulosa de hojarasca
que se confunde con el eco de la lombriz;
el azar también es un lince sin cordura,
un dragón abstracto,
una bujía que parpadea en el atardecer del tiempo.

Te busco en los horarios de las golondrinas
que cruzan la lejanía, en el rayo perdido de la noche,
en el comodín de una baraja sin rey,
en el espejo que al trasluz se agrieta.

Te busco y no me doy cuenta de que siempre has estado aquí.

Un poema muy personal, íntimo, que trata de alguien —¿o uno mismo?— con una fuerza metafórica que continúo admirando.

«El azar es un jinete blanco,
una nebulosa de hojarasca
que se confunde con el eco de la lombriz;
el azar también es un lince sin cordura,
un dragón abstracto,
una bujía que parpadea en el atardecer del tiempo.»

Sin duda, me parece un éxito de estrofa.
¡Un saludo!

Un poema, como es costumbre en ti, trufado de preciosas y alambicadas metáforas, que además destila un melancólico romanticismo.

Es difícil destacar unos versos por encima de otros, pero diré que me gusta la construcción de:

"ni oí el soliloquio del ciprés
cuando pasabas, núbil."

Un único pero. En "Yo no sé porqué al verte me crecieron pájaros en los hombros," ese "por qué" debería ir separado.

Saludos, Ramón.

Ramón es un placer leerte, es precioso.
Me ha encantado los disfraces que le has dado al azar, en concreto:
"el azar también es un lince sin cordura,
un dragón abstracto,"

Un saludo.

Lucio escribió:Un poema muy personal, íntimo, que trata de alguien —¿o uno mismo?— con una fuerza metafórica que continúo admirando.

«El azar es un jinete blanco,
una nebulosa de hojarasca
que se confunde con el eco de la lombriz;
el azar también es un lince sin cordura,
un dragón abstracto,
una bujía que parpadea en el atardecer del tiempo.»

Sin duda, me parece un éxito de estrofa.
¡Un saludo!

Agradezco tu visita y palabras. Un saludo cordial.

Óscar Bartolomé Poy escribió:Un poema, como es costumbre en ti, trufado de preciosas y alambicadas metáforas, que además destila un melancólico romanticismo.

Es difícil destacar unos versos por encima de otros, pero diré que me gusta la construcción de:

"ni oí el soliloquio del ciprés
cuando pasabas, núbil."

Un único pero. En "Yo no sé porqué al verte me crecieron pájaros en los hombros," ese "por qué" debería ir separado.

Saludos, Ramón.

ok cierto, gracias por avisar, a veces me despisto. Un saludo, Óscar.