Silencio

Ante todo, agradecer a Óscar por su lectura y atendimiento del poema.

Hotaru, responderé la pregunta.

Antes de comenzar, gracias por tener la intención de saber mi formación del poema y especialmente por leerme, cuestión que aprecio muchísimo.

Mi poesía contiene, por supuesto, las estéticas surrealistas, pero la dadaísta en sí no. Del dadaísmo conservo la idea del collage, su método, pero del surrealismo sí conservo la estética y no el método. Mi escritura está totalmente meditada y medida; intento que sea un organismo donde, y he ahí de donde nace el poema, el sentimiento tratado adquiera diferentes formas. Cada poema, para que me comprendas, se arma entre cuatro y siete días —dependiendo de la extensión de la pieza y, sobre todo, del sentimiento a transmitir.

Antes de comenzar, me gustaría señalar de qué trata el poema. Casi toda mi poesía trata la existencia, el paso del tiempo o la angustia; también hablo del desamor en varios poemas, pero actualmente no me preocupa. He leído mucho a los filósofos existencialistas, y les debo todo mi pensamiento, lógica y vida. En este caso, moran por la obra la angustia existencial ante la muerte y cómo nuestro grito de auxilio por la salvación no es respondido por el mundo y, además, el tiempo acelera nuestra muerte. De eso trata este poema, de un sentimiento existencial donde la naturaleza no responde

Los recursos que empleo para hacerlo son la metonimia y la metáfora, principalmente. Esto quiere decir, como resultará obvio, que mi poema es una ficcionalización de la realidad, por lo que tomo de la realidad elementos que se trenzan entre sí con las sensaciones del sentimiento:

« Circular caballo de pasados sin lamento,
nada de afiladas carcajadas como el beso tajado,
arqueado y descompuesto arrojando números reiterados
con sus alféreces desnudos de piel y sin consuelo.»

En este caso, por ejemplo, el caballo circular responde a mi visión del tiempo, a mis imágenes y sentimientos —el círculo es el pensamiento sobre la muerte: morir es completar un ciclo; a la muerte siempre se regresa con el pensamiento. El caballo circular pretende transmitir la idea de una figura ágil, rápida; que sea circular corresponde con la idea de pasados sin lamento —pues el círculo, la muerte y el tiempo, no tienen consciencia de pasado. De tal modo, aparece la nada con sus carcajadas —burla del mundo por nuestro no-sentido-existencial. La comparación con el beso tajado es para incrementar el sentimiento de angustia. Los números reiterados son las cifras del reloj. La utilización del alférez es propiamente el reloj, portaestandarte del tiempo, que no conoce ni la piel ni el consuelo.

Cada sentimiento y personas —¡las personas también se esconden entre las imágenes!— mutan mi poesía con símbolos precisos,«prendas personales». En este caso, el círculo y los números. Por ejemplo, en anteriores poemas que también he publicado en el foro, aparece el cristal, el vidrio y el jazmín, que son la emancipación de una muchacha sevillana a la que amé muchísimo, y por eso que se mezcle la realidad y el símbolo con su correlato poético.                                                                                                              

Ante todo, quiero que retengas que en mi poesía hay parte real —los objetos que veo día a día— y que esta se combina y funde con los sentimientos —he ahí que emplee una estética más experimental, pues el sentimiento, en la mayoría de ocasiones, no posee correlato empírico.
«
sol como dedos arreciados de desamparo,
bocanada de pájaros de rubíes en tanta boca gritada, »

En este verso, sin embargo, se observa claramente la metonimia. Por un lado la comparación del sol con el desamparo, que es sencillo. Sin embargo, luego hablo de una «bocanada de pájaros de rubíes en tanta boca gritada». Aquí hay una metonimia. Se debe a que estos pájaros que veía —parte empírica— estaban en el cielo ardiendo del sol en ocaso —símbolo de este poema del fin y de la negativa por parte del sol a consolar al ser humano. Entonces, ante el color rojo, empleo el rubí: los pájaros son de rubí por metonimia, porque son en parte manchados por ese elemento rojizo que expulsa el sol.

En definitiva, se trata del sentimiento unido a imágenes reales y diferentes formas de expresarlo. Entonces respondo a tu pregunta: es una ficcionalización de la realidad unida al sentimiento.

Agradezco de todo corazón la pregunta y que hayas estado dispuesta —también sonrío a si otros lo hacen— a leerlo también junto al poema. A nivel personal soy muy muy inseguro. Siempre pesa en mí un sentimiento de fracaso artístico muy imperante diariamente, ya que en mí no veo ni un ápice de talento o sensibilidad. No pretendo victimizarme, sino más bien justificar la dicha que me causan vuestros comentarios.

¡Un saludo!