Hoy

Esperar al mañana,
que en su círculo de ojos afilados,
armados con manecillas de escalofríos
o esquirlas de un poniente siempre en silencio,
entre óvalos acicalados en la náusea,
es siempre hoy,
siempre hoy.

Mañana como cañas y frío de alféizar del hoy, hoy.
Ayer entumecido y goteras de pólvora acre
en el sol húmedo
que se tajaba florecido la muchacha.

Al raso de las penas,
donde el invierno adula
a perdigones de senos tristes,
mendiga mujeres una torre
tendidas sobre escaleras
y asfixiadas por los números sin trompeta.
Oh torre, balas mis ojos entornados
de tanto consolar pájaros en recuerdo.

Aún aquí se observa,
aunque estos retablos
circulares y del desencanto
ahuyenten el amor,
que las cifras analfabetas
claman juventud
entre los vehículos amarillos
de la fiebre y la farola;
que no nos arropan las lluvias
nunca sucedidas
porque los árboles
por nuestras calaveras sollozan.

Dedos de brisa.
Ojos verdes como muslos
arrancando  en el aire fragmentos
del antiguo río.
Oh fogonazo del ocaso,
impuro desasosiego.
El alférez
en la ventana donde,
como severo, de ojos taciturnos,
yerto celebra hoy los círculos
como el ayer de tanto mañana.

"como el ayer de tanto mañana."

Este último verso me ha encantado. También destacaría:

"o esquirlas de un poniente siempre en silencio"

Algunas construcciones gramaticales me han chirriado un poco, pero en su conjunto es un poema con muy buenas imágenes.

Saludos, Lucio.

¡Muchísimas gracias, Óscar!

¡Un saludo!

Un viaje esférico, que une el hoy y el mañana...con un final que concluye tu poema de manera sublime.
Un placer leerte.

Un gusto que digas eso.
Los recientes días siento mi poesía endeble y tropezada.

Gracias por leer.