Crónica de Invierno

Esta es mi historia, la del profundo enamorado
he aquí entre la lluvia a la vista de la mar
de ciudades, de los campos ¡del fulgor de la belleza!
oigan el gritar de este idiota ilusionado
que se adentro a lo mas puro y dulce del amar

una vez yo vi, a tan ilustre y blanca princesa
escondida entre las flores de un bosque asomante
y bajo el frio de la lluvia exasperado me lancé
¡corriendo bajo caudales! ¡cabalgando en la tormenta!
¡oh Dios querido gran amado concédeme esta pieza!

y cuando ya me acerqué, valiente y titubeante
encendido por la llama de su blanca piel serena
sus manos hechizadas cual porcelana se volvieron
sus ojos, verdes ojos de blanco se vistieron
y sus labios dulcemente compusieron, en el momento final

"He aquí enamorado, del amor eres sincero
lucero de la dicha y capitán de los anhelos
se mi guía y sendero, el guardián de mis deseos..."
y sin terminar su frase, silentes han de estar
¡oh descarado insolente! ¿Qué pecado cometí para el castigo infernal?

¡no he pecado por favor! ¡he bailado la sonata de su habla angelical!
devuélveme la dicha, restaura mi coraje
amado ser divino, apiádate de mi llanto
bajaré hacia el infierno si ha de ser necesario
¡con Dante y Virgilio en las sombras viajaré!

llega el ocaso de esta día y se alza la mañana
y abrasado por el rocío de este día invernal
no importaron maldiciones ni el malestar de Dios
tímido volví ante su presencia angelical
al llegar sus manos me entregaron una nota y una rosa
y aquella nota decía "querido, acércate querido, vayamos a bailar"

Me ha gustado que hayas nombrado a Dante, y me ha seducido la historia que narras en tu poema, que tiene ese toque dramático muy propio de obras teatrales.
Un saludo.