Pétalos, Noche-.

Por los recovecos de mi mente
yo iba perdiendo futuros ganando pasados
consintiendo formas abrigando abrigos
corporales fantasmas de la medianoche.
Iba mi cuerpo exterior entre axilas demoníacas
sombras azules del viento orillado ante la eternidad
incandescente, rubia, temerosa.
Parcamente mi cuerpo, abría un pétalo azul
de madrugada.


Espacios abstractos donde dormitan
los hombres en barracones sucios y pestilentes.
Acaso, las palabras, con su mágica energía,
no lo son?: destructoras o amigables, afables
como caricias en la mejilla trashumante, una reina
acariciada entre las vértebras. Pero hablaba
de la noche, luz luciérnaga infantil, de esa noche
que ensimismaba la brusquedad de los atuendos
adolescentes mustiando los floreros nocturnos
con su capacidad renuente de símbolos húmedos.
Traqueteo inservible de mentes en sus cráneos
coches que suicidan conductores veloces en las zonas
del óxido.


Yo iba ganando peso
flotando en marisma
admitiendo soledades
vulnerando ópalos indecisos
reabriendo documentos tan añejos
parecidos a cámaras de gas mortuorio.
Pasados, y presentes. Futuros.
Palabras muertas de muertos paisajes
orillados en las piernas neutras y acongojadas.


Con el estilete percutor
la saliva del amante
o con mareas de azules ciénagas
las cisternas similares a avispas
y los cielos repentinamente
ensombrecidos por guantes inactivos.
Así, tu sombra poderosa a través
de víctimas del sortilegio descubierto.
Mis ojos huéspedes de finales de siglo:
una hoja trémula por cada cabeza aniquilada.


Los huesos no tienen nombre:
almacenes neutros en la saliva
del bosque petrificado. No tienen
osamenta, futuro, nadie.
Las caricias protectoras
y los sueños inalcanzables,
todo eso que musita tiernas amapolas
busca exactamente el latido ciego
de la mariposa carnívora.

Esta noche tu nombre
es destierro. Tu nombre
de cuello altivo y de bote
salvavidas en naufragios interiores.
En mitad de la nada, cuerpos asombrados
que asoman a la balaustrada. Inquietos,
aterciopelados cuerpos de precipicio y navaja.


Y ríes. Mariposa dual
que busca el enema y la alquimia
del verbo libre. Salvaje flor de la destrucción
aplazada, tu cuerpo es origen de fórmulas
indescriptibles. Masas inconformes de labios
en lo austral de los inventos.


Nada anochece. No
lo suficiente, tercamente
adquirido. Contraídos
los labios se esposan: anudan
cuellos como cuerpos de corbata.

Nada es. Nada soy. Nada será
sin mí. Ese mí taciturno obligatorio
imperceptible fluye ante mareas remotas
igual que ante abrigos desvencijados y maderas
flotantes, nidos de abejarucos anticipados.

Oh primavera
oh bestezuela de la realidad,
tu cuerpo es una naranja que
implica necesidad y avaricia:
fórmulas de la manzana sorteada.
Oh primaveral encanto anidado
sólo en memoria: tu óxido de nitrato
inquieta al verde de los acuíferos natos.


Obsesión incierta
necesidad perentoria.

Lo que muere hoy en mí
no es sólo la verdad ni la vida
con su muerte o con todas las muertes
de siempre y de nunca. Este papel
aniquilado para siempre, pregunta
su nada e inquiere vacíos dogmáticos:
es vetusta ambulancia rescata cadáveres
del insomnio.

Oh petirrojo
oh azul y anodino
que cantas bajo tinieblas
adquiriendo
lagunas en tu mente.
Memoria de opacas
estalactitas hechas hombre
o mujer desnudas. Las brazas
que separan el cuerpo del vacío:
ahí, ahí están las asambleas del miedo!.

Respiro. En mi cuerpo la necedad
no se asombra ni atormenta. Cumple
fatal su signo de mordedura siniestra.

Hay que reír, hay que reír
pero tiras la llave, tiras la llave
al pozo lamentado, al clima de llaves
oh silencio, oh tormento, oh ira
de los labios silenciados, mordaza
de formas que aniquilan las formas
danzantes y humanas, fosas, nasales
de triunfos comprometidos.©

Otra buena muestra del talento lírico que hay en ti, esta vez de largo recorrido. Tus versos tienen un aire a Baudelaire y a Bukowski, aunque sobran las comparaciones. Salta a la vista que sabes elegir el adjetivo idóneo para cada caso y malear/moldear/modelar el lenguaje. Lástima que no haya ahora más usuarios en el foro para compartir sus opiniones. Volveré a este poema. La ocasión lo merece.

Un abrazo.

Gracias Óscar, estoy extremadamente contento con tu opinión, un abrazo!