Yo, el perdón

Decidme dónde mi alma sepultar,
nada habré de hallar, sino el vacío
tan negro, tan sublime, tan impío,
tan verdadero, que en él nada es azar.

Señálenme los rucios del lugar
sus latifundios, que en medio de este hastío
perderme pueda, huyendo del bohío
de la sapiencia que enseña a fracasar.

Y búsqueme quien quiera, entre la breña
del monte de un olvido tan trillado
que de árboles caídos no hace leña.

Entre zarzas ardientes de un legado
rebusque quien en sueños ya no sueña
y encuéntreme si puede, el condenado.
~~

Inspirados versos. Un saludo.

Ramón Carballal escribió:Inspirados versos. Un saludo.

Inspirados, aunque no nuevos, amigo mio.
Igualmente se te agradece tu presencia.

Saludos.

Muy buen soneto, sí señor. Lo he disfrutado. Gran manejo del lenguaje y de la retórica, con un ritmo bien medido. Suena natural, y eso es lo mejor que se puede decir de una composición de estas características.

Un apunte: en ese "donde" falta una tilde.

Saludos y mis felicitaciones. Callejero.

Un gran soneto. Que gran reflexión sobre el perdón, adornada con versos bellamente expuestos. Felicidades

Óscar Bartolomé Poy escribió:Muy buen soneto, sí señor. Lo he disfrutado. Gran manejo del lenguaje y de la retórica, con un ritmo bien medido. Suena natural, y eso es lo mejor que se puede decir de una composición de estas características.

Un apunte: en ese "donde" falta una tilde.

Saludos y mis felicitaciones. Callejero.

Celebro fueran de tu agrado estas letras, Oscar.
Mucho se ha escrito sobre el perdón, pero yo, al menos, no vi nunca ningún poema, sobre el perdón en primera persona, tuve esa curiosidad.

Se te agradece tu paso por aquí, y tu amable apreciación, así como tu certero apunte.

Saludos

Jorge Salvador escribió:Un gran soneto. Que gran reflexión sobre el perdón, adornada con versos bellamente expuestos. Felicidades

Se te agradece tu comentario, Ramón.
¿Que haría yo sin ti por estos andurriales?... Tengo que ponerme a hacer un poema digno de tus elogios, pero temo que terminemos enamorándonos... bueno ya se sabe, quien no se embarca, no se marea; habrá que mojarse el culo.

Abrazo grande.