Juega-.

Destructor incitante
en la evasiva elongación
músculos contraídos
neuronas sin dendritas
opúsculos recitaciones
famélicos hipócritas
recibiendo absoluciones
permanentes. Vestigios
del implacable salto
aguas inmateriales,
resistiendo, más cristalinamente,
hasta el exceso, rebelión de mobiliarios
baluartes funestos,
de aquello que perturba o conmueve.
Ruidos circunstanciales
promociones con orlas definitivas
amores consecutivos
aquello que ama o desea
en lo incierto del crepúsculo,
línea horizontal de anatomías
reductos de sombras sobre círculos
cenizas de lo impávido, volcánicos
tubérculos, verticales hipogeos,
retentiva ofuscada, piramidal inversión.
Abrojos necesarios visuales
y entorpecidos.

©

Aquí te ocurre algo parecido a lo que te comenté antes: enhebras una retahíla de imágenes binarias compuestas por sustantivo/adjetivo. Entiendo que eso forma parte de tu estilo, y no pretendo sentar cátedra ni mucho menos imponerte mi forma de entender la poesía, pero no sé, me parece peligroso repetir con tanto ahínco la misma estructura versal. Incluso te ocurre lo mismo con las esdrújulas (impávido, volcánicos tubérculos). Con todo, no estoy tan ciego como para no distinguir tu aliento poético, que lo hay, y no empaña todo lo demás.

Saludos.

Bueno, Óscar, hoy me diste del caldo, tres cucharadas, como solemos decir aquí. No te preocupes, entiendo perfectamente tu postura, la repetición produce cansancio, en poesía como en todo. Me alegra saber que, finalmente en tu exposición argumentativa, reconoces cierto aliento, que me da consuelo. Un saludo y gracias-.