Los palacios del Zar-.

Veo en tus ojos vidriosos
la oscura alacena de los depósitos
de huesos. Escucho tras ellos
los sonidos laberínticos de las salas
desangeladas del palacio del Zar.
Nombro con tu lengua, el penúltimo
suplicio, convoco e insto a las arenas
del mar.
Leo, en tus ojos vidriosos,
el campo de concentración.
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Los huesos y los campos de concentración hacen pensar de inmediato en el exterminio. Los ojos vidriosos también denotan hambre y fatiga. Cambian la época y las circunstancias, pero en este mundo moderno nuestro aún sigue habiendo holocaustos.

Saludos.

Así es, saludos y gracias por comentar-.

Me han gustado mucho los encabalgamientos, el ritmo cadencioso, la repetición de las imágenes en los ojos. Todo ello dibuja un escenario que invita a imaginar y sentir más allá de lo que puedan significar las palabras.
Felicitaciones, Bienve.
Un fuerte abrazo.

Gracias Miguel Ángel, es un placer y un honor recibir tus respuestas, saludos y un abrazo!