La mentira-.

Puede que no haya como la mentira.
Esa forma de rasgar los labios de una
buena patraña montada para sorprender,
embaucar o las dos cosas. Yo
echo orina blanca sobre esos diminutos
labios que presionan nuestros endebles
argumentos con el objeto claro de difamar,
calumniar, o borrar, con su gesto helado,
los mares de nuestra propia locura.
Ah, pero, mentir, qué bueno!
La cal hiriente que se manifiesta
en el que miente, y transgrede esa sombra,
horada y perfuma sus santas habitaciones.
©21/05/16

Un poema más explícito de lo que es habitual en ti. Yo quizá prefiero un poco de hermetismo. Eso sí, y haciendo de abogado del diablo, la mentira a veces es necesaria.

Saludos.

En ocasiones, estilo lo vulgar y un tanto obsceno, o grosero, para moralizar, conferir un poder distinto a las palabras y al lenguaje implicado en el texto. En este caso, como bien defines, se trata de no alardear y hacer más humana la mentira: es necesaria pero al mismo tiempo, todos la detestamos, en general. Por qué? Un saludo-.

Bienve escribió:En ocasiones, estilo lo vulgar y un tanto obsceno, o grosero, para moralizar, conferir un poder distinto a las palabras y al lenguaje implicado en el texto. En este caso, como bien defines, se trata de no alardear y hacer más humana la mentira: es necesaria pero al mismo tiempo, todos la detestamos, en general. Por qué?  Un saludo-.

Cuántas veces la verdad no duele más que la mentira, y sin embargo, a nadie le gusta que le mientan. Realmente, pocas cosas hay más humanas que mentir. Es tan común a todos nosotros, como especie, que es difícil determinar qué tiene de innato y qué de adquirido.

Saludos.

Bueno, y es sólo una opinión personal, creo que la mentira, y ya en el centro de la conversación, es un hábito. Más o menos acentuado dependiendo del sujeto. Un abrazo-.