Luna centinela-.

Me ofrecieron los incautos
teclas y ditirambos, halagos
y señuelos, dispuestos a maldecirme

por lo bajo. Persistieron en su unión
de cuerpos con estrellas, y estelas con
piedras luminosas, zarcillos de boquetes

de luna muerta. Neones ambiguos
de bahías espléndidas, subyugando
los latidos de araña de una sombra titubeante.

Formaron con sus labios la luz diseminada
de vientres, de caracolas y ennegrecidas chimeneas.
Y en la humedad de las estaciones, dejaron brillar
tus iris empapados de llovizna. Torsos
divinos de enjambres industriales. La luna
fue testigo del báculo lácteo de las vías confrontadas.
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El poema me ha gustado más que nada por sus metáforas deslumbrantes y seductoras. Así es como entiendo yo la poesía, como una sucesión de imágenes y colores que te transportan a mundos imposibles. Lo que me ha despistado un poco es la disposición versal de las primeras estrofas, como si fuera el principio de un soneto.

Saludos.

Gracias Óscar, siempre es un honor recibir tus parabienes. En cuanto a la estructura formal del poema, yo también pensé en su principio y origen, establecerlo como si de un soneto se tratara, mas, admito, que no es lo principal en mi poesía. Un abrazo-.