Índigo de la mañana-.

A veces, cuando se crece tanto,
y no queda otro remedio, uno
se troncha cual árbol junto a riberas
extrañas. Y el peso de las ramas,
penetra como una losa las aguas,
descubriendo temblores de hojas.
A veces, cuando se quiere tanto,
son las hojas, al olivo, lo que la raíz
a la tierra que lo ancla: sinsabores,
amarguras, o rocíos, de esmeralda
cubren las esperanzas, que componen
el cetro índigo de la mañana.
©23/05/16

El árbol, junto con sus ramas y sus raíces, es otro de los símbolos clásicos de la poesía de todas las épocas. Lo mejor es que es un símbolo inmarcesible. Nunca nos cansamos de explorarlo.

Saludos.

La ventaja de ocuparse de temás como la poesía, ese algo incierto, es básicamente que da juego para investigar y enumerar símbolos y emblemas de difícil catalogación, en lo cotidiano. Un saludo y gracias Óscar-.