A MI MAESTRA*

Los recuerdos del pasado se agolpaban en su memoria,
pensando en aquellas horas que dedicó a nuestra infancia.
¿Qué habrá sido de los sueños sembrados en tantas almas?
Recordaba a la tímida niña escondida por el aula,
a los mellizos nerviosos que interrumpían su charla,
o las múltiples repeticiones de aquellos labios en flor
para que la misteriosa ¡erre! no perdiese nunca el son.
Vi regocijo en su rostro al recordar nuestras risas,
nuestros ojos expresivos exentos de todo mal,
las voces titubeantes de nuestros labios narrar,
las fascinantes historias de nuestra imaginación.
Aquellos abrazos cálidos sustituyendo al hogar,
a las almas que iluminaste entre tanta oscuridad.
Te vaciaste en tu empeño hasta quebrarte la voz,
dejando entre nuestros sueños el aroma de tu amor.
Fuiste el germen creador de nuestras vidas en flor.
Quiero con este beso y estos versos darte las gracias
por tu infinita paciencia, por todo el amor entregado
a aquellos niños de otros que cuidaste como propios.

Pocas veces se encuentra uno con un poema sobre un tema como este, muy original!

Creo que son los maestros las personas que mas influencia tienen sobre un gran numero de niños. Se merecen un recuerdo cariñoso por su afán. Sin duda tu opinas lo mismo. Un saludo afectuoso.

Como maestro que soy me ha encantado tu poesía. Qué encanto leer tanta belleza escrita con tanta bondad y generosidad