Mirada al cielo-.

Gritas con rabia,
con colibríes entre los dientes,
pájaros confusos, propietarios antiguos
de un cielo invisible, de un reino invidente.
Oscuramente, transitas el rayo evocador
que en tu fantasía obliteras con cánticos y cruces,
con sueños y sedes, con redes y acicalamientos
excéntricos: tu cuerpo invicto renace piedra
a piedra, tonel a tonel, escápula a escápula, columna
a columna, rosaleda a rosaleda, roca tras roca.
Y ahora que los músculos hieden y el oleaje enturbia
tu mirada sucinta, resbalas, eterno, por el follaje titubeante.
Por las largas praderas de tu exilio.
16/06/16©

Rico vocabulario, ritmo y poderosas metáforas. No le falta nada a este poema.

Un abrazo, y enhorabuena.

Gracias Óscar, es un honor recibir tus elogios, un abrazo!