Ellos-.

Para mis muertos centenarios-.

Para aquellos que nunca llegué
a conocer. Y ahora, se excitan
sobre tapias sacramentales, y orinan
sus mortecinas capas de fluidos orgánicos,
sobre sanciones y emolumentos básicos.
Para aquellos que me persiguen, enamorados
y amantes de mi genética perseguida, que
conceden a esta existencia, un sentido y una facultad,
la nieve que cae sobre ellos, desciende triste
entre mis dedos. Para aquellos que no supieron
decir palabra, aurora, alba, o crepúsculo, para esos
que fueron derrotados con la insignia y la clave
de otras músicas imperiales. Para los que acabaron
tumefactos sobre el rocío, blanca su vida, blanca
su tierra, y ofrecieron sus cuerpos insalvables, al
abrigo de este cuerpo que solloza y miente por ellos.
Para aquellos indemostrables, espectrales, que fundieron
sus vidas en negro, esclavos de la rutina horticultora,
de la flor vengativa sin pétalos ni rosas. Para aquellos
también, que vendieron su alma por un trozo de metal,
no tan vil en su era, y para aquellos que regurgitaron
el nombre de la maleza y de los arrozales, dentro de sus cuevas
y cavernas. 19/06/16©

Resulta paradójico escribir para todos y para nadie, pero es un poco lo que hacemos los poetas. Seguro que te saco una sonrisa, pero me puedo imaginar este poema como si lo hubiera escrito Baudelaire para un spot de Coca-Cola.

Saludos.

Un anuncio de Coca- cola? Espero que fuera una light o al contrario, repleta de calorías trans. Jeje. Gracias y saludos!