La oscuridad

La luz del día se apaga
como la inspiración de un poeta
oscuridades, silencios,
gritos despavoridos,
chirridos enloquecidos.

Los cristales de las ventanas
hace un momento deslucidos,
con chorreones. Ahora se ven diáfanos
como si el brillo hubiese rejuvenecido.

El silencio decrépito y ungido
da paso a la sordidez, a la soledad
del soldado caído, que en la oscuridad
no ha sido recogido y yace en el suelo
vencido, olvidado, desvalido.

Los pájaros buscan los rincones
más protegidos del viento, de los
entresijos, pero siempre llega
un cazador furtivo con su red
y, lo atrapa para su regocijo.

Los amantes se alían con los rincones
más escondidos, para consagrarse
en su momento, más efímero,
de más pasión, de floración.

Los búhos entonaban su canto
de sobra conocido y, en ese
momento de oscuridad y zozobra
nos hallamos imbuídos.

Oscuridad, reina de la noche
de los miedos, la ansiedad
y los tesoros escondidos
de un mundo de sombras
que evoca lo desconocido.