Tres-.

Se ha suicidado- tres
colas verdes de lagartos,
ocupan ahora su corazón
mortuorio y desorientado-.
Sobre la flecha, tres grávidas
flores inquietas- restos de
naufragios, sellan sepulturas
de adormideras-.
Enfático, emula las canciones- sus
besos se los da el aire, alabanzas maltrechas
de llanto indeciso, sus cimas, aplastadas
por los pechos-.
Y entonces, algo resuena y trunca
realidades de pájaros- conversaciones
del alba, con piélagos de sangre-.

Tu misma efímera cosecha.
©

Para variar, en este poema me ha gustado más el comienzo. Esas colas de lagarto en el corazón forman una imagen muy potente y ciertamente original.

Saludos.

Gracias Óscar, por tu opinión, saludos!