Peones y Reinas

Fue su cuerpo mi Jardín de Babilonia,
el contorneo de sus caderas, el Nilo,
el olor de su labial, mi colonia
y al mirarla quedé en el filo.

Se saboreaba la realeza en sus dedos,
un imperio otomano la protegía
del enjuague bucal de mis enredos
y de mis ojos que en ella, eran herejía.

Ella sabía que el amor es un atropello,
la pasión, un atajo a las buenas ideas,
si por una aguja entra un camello,
por mi corazón, entran peones y reinas.

A mí que no tengo la lengua fina
y que no pido con tanto clamor,
a mí me da una propina
cada vez que la beso, el ciego del amor.

Marco Antonio conquistando egipcios,
Europa destruida por los mongoles
que planean una rutina de ejercicios
mientras sus besos marcan dos goles.

Hermoso, lleno de imágenes apasionadas y de cuento y un gracioso final. Un gusto leerte. Roberto.

Muchas gracias por tu linda visita. Saludos.