LA GUERRA

De pronto, siento que el aire
quiere hablar conmigo. Oigo chasquidos
ruidos estridentes, ¡gritos!

Me cuenta historias del frente
de los desvaídos, los proxenetas
de los hombres que comen hígados
con caviar en platos de oro,
de los cuerpos deshechos,
por las bombas y el martirio.

Esa carne que es tóxica
para los seres que aman
a esos cuerpos putrefactos,
nadie se ha acordado de recogerlos
pasto son de los cuervos.

Anoche la luna habló conmigo
me contó historias de rostros desencajados,
de miedos no registrados, poemas no escritos
árboles arrasados, miembros mutilados.

La mañana triste ha amanecido
miles de soldados han desaparecido
en ríos de sangre se han convertido
el sol, de repente, se ha oscurecido.

quisiera no ver más carretas con cristales
ni maldecidos dirigiendo los designios
de los pueblos, quisiera que los fusiles
se convirtieran en margaritas y diesen olor
en vez de rojizas manchas.

Las madres de los mártires
hablan con las estrellas, les dedican
un canto de protección
a los que han ido y no volverán
a verlas.