Incidencias apocalípticas

El silente dormido en los laureles
escucha voces inaudibles
per se, auguran presagios
rompen las barreras
y los ventilan a los cuatro vientos.
Lágrimas torrenciales inundarán
tierras fértiles e infértiles
y el deslave sin piedad sepultará
a lo seres vivos y a los bienes.
El ojo del huracán con su ira
devastará lo que esté a su paso.
Tras de sí, las olas de calor
dejaran un paisaje desolador
con sequía, incendios, ruinas
La niebla con manto  blanco
bordeará los caminos
cegando todo a su paso.
El frío ¡oh el frío frígido!
abriga, helará la sangre.
¿Es apocalipsis? o somos testigo
de los embates del clima que
inciden como ciclos de la naturaleza
y en donde la muerte, siempre ronda.

Poetisa, ¡qué realidad tan triste! Y todo ese caos atmosférico lo hemos causado nosotros mismos, y sí, tal parece que estamos vivindo tiempos apocalípticos porque la madre tierra ahora se rebela contra la humanidad. Gracias por compartir este gran poema; he disfrutado la lectura.
Saludos cordiales a través de la distancia.
Buenas noches.
Atentamente, Martha Humphrey

Ciertamente triste es en lo que nos hemos convertido
matando lo que nos mantiene vivos,incongruente
muy bueno Catalina.
un saludo