Sangrantes las manos, palabras como sogas

Sangrantes las manos, palabras como sogas


Acabemos con esto cuanto antes,
voy a escribir hasta
arruinarme y me voy a
arruinar hasta colgarme con
mis letras, anudadas
unas a otras, convertidas
en una soga para ahorcarme
y sabotear mi propia obra.
No sé cuál fue el motivo,
la razón de más peso,
la que me llevó a sangrar palabras
o morir en el intento.
Desde entonces no vivo
ni duermo, pero merece la pena
el esfuerzo, por el placer
intenso de leer diez versos
y sentir que casi encuentro
el poema verdadero.

- Ana Leal.