Remoto-.

¿Quién decidió, dando así
forma al desacato, encender
luces y mareas, en ese cuarto
quejumbroso y asmático, aquella
noche de arpillera?
En la sombra, alguien se viste,
y trastorna las barajas de los naipes.
Se formó un revuelo de pájaros,
una presencia de lágrimas, colgando
de las habitaciones, señuelos, lagartos.
Una sombra, permanece en mi dormitorio.
Los sacos de la gente, allí donde se desnudan,
tienen sangre en los labios, lejos del recuento.
Abandonada, el formol corrompe mi alma.
Y yo tiro de las ausencias, de los recuerdos,
de las enésimas potencias, de los tristes maremotos
ocasionales. Mis labios se funden con el agua.
Remoto, bajo del calvario, y asuelo las espigas
calientes, con mis pies de bálsamo.
Mis labios, enmudecen rápido. Yo
soy solo lo que hiciste.
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Hola de nuevo, amigos y amigas; encantado de volver a visitarles. Espero puedan hacer un hueco para leer, si no es a mí, a otros y a otras poetas, de este y de otros Foros. Un saludo...

"Yo
soy solo lo que hiciste."

Excelente cierre. He disfrutado mucho del poema, de su riqueza semántica, de sus originales metáforas. Es un placer volver a leerte. Tu poesía es un gran aporte a este foro.

Saludos en tu regreso, Bienve.

Gracias Óscar, como ya mencioné, es un placer y un honor participar en él. Un saludo!

Me ha gustado mucho este poema,
para leerlo varias veces y calibrar
su calidad.
Saludos

Gracias Violeta, un saludo afectuoso!