Esa barca...

En sueños te vi navegar, no surca el
mar esa barca, va por el firmamento,
tiene alas en las velas que van directas
hacía el viento.

Desde la tierra alzando la vista al cielo
veo esa barca y al hermoso marinero
que con la vista al frente pone rumbo,
navegando demasiado lejos.

El amor de mis amores elevo el vuelo
cual gaviota errante, se fue muy lejos
y me dejó sola, hundiendo los pies en
la fría arena de la playa de mis sueños
ahora completamente desierta....!


No surca el océano esa barca tan linda,
va ligera y tiene brillante la quilla, enfila
rumbo al horizonte y entre las olas de
mi lado se aleja, y me quedo mirando
sus blancas estelas.

Sigues hipnotizada por la visión de las estelas. Todo en esta vida es efímero, pero, al mismo tiempo, todo, hasta lo más nimio e insignificante, deja huella. Y tu amor se ve que fue espléndido. Haces bien en dedicarle racimos de versos.

Un abrazo, Violeta.

Gran poema. Me gustó mucho el lenguaje constantemente marinero que utilizas para referirte al líquido elemento con el que, todos o casi todos, hemos soñado. Un saludo!

Si poeta le dedico mi amor que sigue eterno dentro
y siempre el será mi inspiración
Muchas gracias por dejarme estar aquí
ABRAZOS

Bienve. escribió:Gran poema. Me gustó mucho el lenguaje constantemente marinero que utilizas para referirte al líquido elemento con el que, todos o casi todos, hemos soñado. Un saludo!

Agradecida estoy, es verdad todos soñamos con ese líquido de variados tonos que van del gris al azul más puro.

Óscar Bartolomé Poy escribió:Sigues hipnotizada por la visión de las estelas. Todo en esta vida es efímero, pero, al mismo tiempo, todo, hasta lo más nimio e insignificante, deja huella. Y tu amor se ve que fue espléndido. Haces bien en dedicarle racimos de versos.

Un abrazo, Violeta.

Oh aún me despisto y respondo donde no debo
Espero seguir escribiendo siempre a ese marinero de mi alma que ya no tengo al lado
pero si dentro de mi pecho vive sepultado
Un abrazo y merci por dejarme estar aqui
Voy a ver si puedo quitar el fallo