SE OS VE DE LEJOS

Cuánto cobarde en la sala,
cuánto «por interés te quiero Andrés»,
y así de tres en tres.
Cuánta historia contada el revés,
¿se piensan que no lo ves?

Ding dong, toc toc,
amb bona lletra i a poc a poc.
Aunque el orden sea a la inversa,
el refrán popular se entiende igual.
No puedo evitar marcar la diferencia,
tengo mi propia ciencia y mucha paciencia.

Escucho argumentos y barbaridades diariamente.
Hay tanto fantasma con traje y corbata,
sus billetes los gastan en putas baratas,
en copas y drogas, ¡cómo molas, gilipollas!
 

¡MIRA A CÁMARA, SONRÍE Y DI «PATATA»!


Tendrás la cartera llena de billetes lilas y verdes,
tarjetas de crédito, visas de oro,
un buen coche, un Rolex y una mansión,
me alegro, campeón, como tú hay un montón.

Te saludo y sonrió por educación.
Qué aburrimiento con tu conversación.
Qué poco sentido del humor,
me has quitado las ganas de hacer el amor.

Y me las has dado para decirte:
«Salgo cinco minutos a fumarme un cigarro»,
aunque coja un taxi y te dejé ahí plantado.
Las cosas de palacio van despacio,
no te preocupes si tardo demasiado...

Me aburría tanto que me ha entrado sueño,
y de camino a casa me reiré pensando...
¿Cuánto tiempo has tardado en saber que no iba a volver?
Hay que saber perder, no solo al póker.

La reina puede darle al As calabazas.
Dejemos al rey convertido en rana.
Jaque mate. Me duele la barriga de tanto reír,
y, sin despedirme, me voy a dormir.

A mí me ponen conversaciones interesantes,
que me tienten y saquen mi lado salvaje.
Vamos a jugar hasta el siguiente amanecer.
¿Preparada para una sobredosis de placer?

Me tienta dejar huella de personalidad,
me aburre bastante esta sociedad.
La sinceridad no es callar y saber estar,
es ser valiente y hablar sin maquillar,
sin maldad, con integridad.

Aunque sepas que no vaya a gustar,
dar tu opinión, decir tu verdad,
con elegancia y asertividad.
A sus órdenes, mi majestad.

Gracias a todos por leerme