EL PODER DEL MIEDO

TIC/TAC

LLEGAS TARDE.

Ahora el después duele.
¡Joder si duele!
Te hundes en mares.
Sentir eso te puede, te conviertes en un puto cobarde,
echo un puto desastre.
Ahora, llega el miedo e invade tu mente,
te engaña diciéndote:
«¡No puedes! ¡No eres fuerte!».

¡Y TE LO CREES!

Caes en sus redes.
No te disfraces de valiente,
cuando recalco que eres un puto cobarde
que solo pierde y va de fuerte.

Puto miedo.
Sin permiso se apoderó de mi mente.
Maldita lucha constante.
Cómo cuesta tirar adelante.
Mira que tenía carácter...

¡Qué jodido sentirte vulnerable!,
que tu coraza ahora sea esconderte,
porque tu debilidad se siente.
La siente tu gente
y te puede no saber disimular ser fuerte.

El miedo siempre ganaba,
mi esencia se apagaba,
mi corazón lloraba,
no tenía ganas de nada,
solo de estar en la cama...
Me desesperaba, me enfadaba...

Porque me perdí y no me encontraba.
Todo me asustaba, no me valoraba,
mi autoestima me necesitaba,
no me aguantaba ni me respetaba.

Me convencía a mí misma con excusas
por huir y no hacer nada,
por ser una cobarde y no ir a la batalla.
Cada vez estaba más cansada...
Culpaba y me culpaba, y por eso me castigaba.
Dependía de mí misma, nadie me apoyaba.

Pedir ayuda me avergonzaba;
la vulnerabilidad no la soportaba.
Nunca me libraba de la mochila,
que cada vez más me pesaba.
No cambiaba nada, y cada paso que daba
era una piedra más que cargaba.
De veras que lo intentaba…

Era víctima de mí misma,
caí en mi propia trampa.
Sabía que huyendo no cambiaría nada…
y el tiempo pasaba. Los días pesaban.
Me esforzaba y lo intentaba
pero me rendía y volvía a estar en la cama...

Quería dormir y no pensar en nada.
Soñando mi alma estaba en calma
y a la realidad podía darle la espalda.
Dormir era el mejor momento del día,
ni una pesadilla me lo jodía.

Me despertaba y de nuevo me dormía.
Soñando el miedo no existía.
Pero el puto despertador sonaba cada puta mañana.
¡Joder, qué rabia me daba!
Y la realidad me daba los buenos días
con un zasca en toda la cara,
recordándome que el tiempo pasaba
y yo seguía sin hacer nada.

Sin darme cuenta en quien me convertía,
Sin ser consciente del daño que hacía y me hacía...

¡Tenía que hacer algo con mi vida!

El miedo ya no puede darme un revés,
no juego con quién no es de mi interés.
No me manipules ni me esperes,
a mí no me vengas con memeces.
Apareces y solo ofreces gilipolleces.

Ni se te ocurra ponerme condiciones,
todo este tiempo he aprendido muchas lecciones,
por ejemplo, a gestionar mis emociones.
Son temporales, a mí no me engañes;
en mi casa y bajo llave están mis valores.

Me he deshecho de todas las inseguridades,
no intentes más estupideces, siempre pierdes.
No quiero escuchar palabras, siempre mientes;
No dejaré que me destroces, ni resucites.
Me gusta aprender de personas inteligentes.

Necesito que me aporten, y tú ni me entorpeces.
Qué tal si desapareces y dejas de decir sandeces
Ahora he ganado yo, ¿para qué te mientes?

Me demuestro a mí una vez más
que del dolor aprendí, que vuelvo a creer en mí,
que no volveré a creer en ti.
A ella, a mí y a mi padre se lo prometí;
las promesas se deben cumplir. Confiar en mí.
Estoy aquí, recordar quién soy, y ahora, siendo mi mejor versión.

Tener la seguridad de poder decidir por mí, sin ti,
de saber qué camino elegir, sin ti,
Dejaré a mi corazón sentir,
al amor que quiere compartir, con ella, sin ti.
No tengo miedo a nada de lo que pueda ocurrir.

El miedo no va a influir en lo que sienta,
tengo que vivir sin dejar experiencias y emociones a medias.
Tengo claro dónde no quiero volver, dónde no quiero ir.
Algún día sé que volveré a sentir dolor, que tocará sufrir,
que aún tengo que aprender y mil errores más cometer,
pero nunca más volveré al error del que ya aprendí.

El miedo no volverá a salir, sí, te lo digo a ti,
cuando dudes de ti, cuando estés frágil y necesites huir,
no bajes la guardia, recuerda tu coraje,
dejaste de disfrazarte, no eres un cobarde.
De tu propia vida eres el héroe, ¡cree en ti!

¡Tú puedes!

Tienes el poder de tus valores,
tienes herramientas para tu resiliencia.
El miedo nunca se cansará de insistir,
buscará estrategias para apoderarse de ti,
y tú buscarás los motivos para no dejarte influir,
para combatir, aunque te puedan herir.

La razón y tu dolor son tus ases en la manga.
Siente las emociones, recuerda que son temporales.
No permitas que tengan la razón, pero hazle caso a tu corazón.
Tienes la madurez en agallas, ya no eres una cobaya.
Aunque te puedan de nuevo herir, de todo se puede salir,
mientras la salud te dé su permiso para vivir o morir.

Ahora me demuestro una vez más...
que si quiero puedo, vencí, ¡lo conseguí!
Del dolor, de tanto error,
de conocer y abrazar lo peor de mí, la lección aprendí.
Despertando cuando no me importaba dejar de vivir,
eso hizo un 'click' en mí, no me rendí,
decidí ir hasta allí, no quedarme aquí.
De repente tuve claro dónde no quería ir.

Los problemas en la vida,
con esfuerzo y constancia, tienen salida.
Aprovecha tus días hasta que la ley de vida decida.
No hay peros que valgan, por favor no te rindas.
Con tanta excusa... ¿No te angustias?

Ahora soy feliz porque creo y me amo a mí.
Aunque el miedo aceche, le digo que le aproveche.
Sé que es difícil asumir y aceptar que te avergüenzas de ti.
Deja de culpar a los demás y de culparte a ti.
Estás perdiendo el tiempo cuando debes salir de aquí.

Pide ayuda si todavía sigues donde no quieres estar.
Tu salud mental es tu bienestar, dale paz y tranquilidad.
Para algo está un profesional, debes ser capaz,
No estás loco, necesitas respuestas de la ciencia.
No escuches a tus emociones, ¡son temporales!

Joder Alicia que te digo, mi boca no es capaz de articular palabras
que describan lo que siento al leerte.
bueno se me ocurre una ORGULLO de conocerte a través de letras y sublimes palabras

A lo único que le temo es al miedo, porque es así de poderoso como lo describes y te destruye. Que bueno que decidiste enfrentarlo y salir. Digo, si es que tu poema es una referencia existencial. Como poema tiene el valor de dar aliento. Un gusto leerte.

Gracias por tus palabras, lo describo tal cuál lo sentí y tal cuál lo enfrenté, también del miedo y del dolor se consiguen las mejores lecciones de vida, convertimos las heridas en cicatrices y medallas de guerras ganadas. Cada batalla contra el miedo va a ser una transformación de nuestro ser resiliente y unos versos de poesia para un rincón tan maravilloso como este. Me alegro que te haya llegado mi lucha y superación personal, espero que tu miedo no este al acecho y ya lo hayas vencido. Un abrazo

Gracias a todos por leerme