Por estas fechas

Es común que por estas épocas comience a nacer flores en el asfalto y en las aceras. De la misma manera, es común que José Pérez se levante antes que salga el sol y junto con su maquina de podar emprenda camino al inicio de la calle principal de la ciudad.
Aunque parezca increíble, nadie mas que José Pérez puede cortar las flores, mejor dicho: Nadie mas quiere cortar las florecitas. Es tal el caso que, la gente al ver el paisaje florido no usa sus automóviles y prefiere ir a pie. Además, se descubrió que las flores hacían que la gente fuera mas feliz y por consiguiente faltara al trabajo, no llevara a los niños a las escuelas, los quisieran de verdad y cosas así de comunes con estos tipos de ambiente floridos.
A causa de las complicaciones que surgen de mantener las flores en el asfalto y en las aceras, el alcalde de la ciudad contrata los servicios de José Pérez a fin de que realice la eliminación de las flores de todas las calles y de todo lugar posible. Esta medida se toman por el comportamiento de la gente, pues, afecta en gran medida a la economía local, por citar ejemplos; si no hay autos en las calles, no hay a quien vender combustible, ni las piezas y respuestas que estos necesitan. Además, si los padres no llevan a sus hijos a las escuelas es imposible tener mas trabajadores a futuro y no se hable si los padres llegan a querer de mas a los niños, no vaya a ser que estos niños comiencen a seguir sus sueños.
Todo este asunto de las flores y la gente a José Pérez le importa medio comino. José Pérez es mas que un hombre común, es lo que se podría catalogar como: "Vive y deja vivir". Se entiende que el mantiene un enorme desinterés en todo lo ajeno a el. Por esta razón es el ideal para el trabajo. Es tal el desinterés de todo este tema, que José Pérez siempre olvida que por estas fechas debe darle mantenimiento a la maquinar de podar y cosas por el estilo, generalmente siempre es un mensajero del alcalde que junto a un adelanto en efectivo por el trabajo le recuerda su labor.
Apenas sale el sol y las panaderías aun no han abierto, José Pérez  ya tomado una taza de café y ha avanzado un buen tramo de las calles de la ciudad. Ya para las las 8 a.m. José Pérez ha terminado de cortar todas las flores de todas las calles de la ciudad. Las flores de la aceras nunca son necesarias de cortar, pues la gente casi nunca mira las aceras y al no ver las florecitas de la calles, estos se deprimen en gran medida y despojándose de su alegría florida recuerdan que deben ir a trabajar, los niños no están listos para la escuela, todo es un caos y entre el ajetreo de un lunes 8:30 a.m. la gente sale apuradísima a llenar los tanques de los automóviles o caminan furiosos y van pisando las flores de la acera.
Para medio día solo sobreviven las flores del borde de la acera y la gente las logra ver y piensan que el alcalde las envió a sembrar para adornar la ciudad y son felices porque la cuidad está un poco mas bonita, luego corren porque el descanso del trabajo se ha acabado.
Para este entonces José Pérez ya ha guardado la maquina de podar y se encuentra tomando té helado sobre una mecedora.