Cautivos

Hoy tu humor vítreo
no me señala la baliza del verso,
pero yo sé de héroes y tumbas
que nadie se atrevió a profanar
con la valentía de épsilon.

Tu memoria es una luz libidinosa
–o acaso sibarita, danzarina, hipnótica–
que dirime espejismos en la materia
atravesando los fascículos del fuego
al aromático calor de nuestras velas.

Si me dices que me muera,
no me opongo a tu insistencia,
pero la antesala del labio
es un germen demasiado cruel
para arraigarnos.

Al retraerme –debes saber– me vuelvo
raíz e hipotermia en tu carne prodigiosa,
y me abro las venas epistémicas
como una carta sin correspondencia
que hoy, perdona, no te invito a leer.

Qué lacónica mayéutica
la que entonan en mi sepelio tus estrellas
cuando, de improviso,
todos los domingos carecen de uñas
y márgenes entre las vértebras
y repiten al unísono
su funesta etopeya de odalisca.

Pongámosle un apóstrofe
a la lengua banderiza del musgo
que ausculta, delicado, tus colmenas
de un verde profiláctico.

Si te decanto ahora en mi ergástula,
dime, ¿podrás al fin liberarte
de todas tus cadenas?
Y así, liberándote,
liberándonos,
me sentiré como el carcelero
encarcelado
por el bello canto de una cautiva
enamorada de su cautiverio.

No sé si el final es el más "clásico", que te he leído. Me has recordado al soneto de Antonio Gala que me empujó a la poesía. He sonreído por la nostalgia y por la belleza.
Este poema es otra clase magistral de tu conocimiento del lenguaje y de tu amplia cultura.
Musgo ya es la palabra umbilical Álvarez-Bartolomé. Es vuestra. Es lo que decía en otro comentario; patentáis parcelas del lenguaje a las que poca gente llega. Abrir horizontes es el summum de todo artista.

Es difícil comentar tus poemas.

Saludos.

Hernández Latorre escribió:No sé si el final es el más "clásico", que te he leído. Me has recordado al soneto de Antonio Gala que me empujó a la poesía. He sonreído por la nostalgia y por la belleza.
Este poema es otra clase magistral de tu conocimiento del lenguaje y de tu amplia cultura.
Musgo ya es la palabra umbilical Álvarez-Bartolomé. Es vuestra. Es lo que decía en otro comentario; patentáis parcelas del lenguaje a las que poca gente llega. Abrir horizontes es el  summum de todo artista.

Es difícil comentar tus poemas.

Saludos.

Sara era el helecho y yo el musgo, pero ella fue quien me bautizó como "ojos de musgo", nickname que he utilizado en alguna que otra ocasión, casi como un heterónimo de Pessoa. Es una palabra que pertenece a nuestro imaginario poético y que leerás muchas veces en mis/sus poemas. El musgo, como la hiedra, tiene algo de sensual, porque invade, trepa y cubre otros cuerpos, casi como en una caricia, pues su tacto es blando y delicado, pero también es una planta que para crecer necesita de sombra y humedad; esto es, crece en la tristeza.

Sara plantó sus esquejes en mí. Lo demás es poesía.

El final se podría tildar perfectamente de clásico, sí, pero es lo que da sentido a todo el poema. Y esa magnífica escena de 'The Fountain' (película con la que tanto me siento identificado) también aporta significados.

Saludos, Mariano.

La fuente de la vida es ya una película de culto, al menos para mí (y para ti mucho más). Prácticamente todas las películas de Aronofsky lo son. Miles de personas en este planeta se sienten identificados con los personajes, con el dolor, la desesperación, la esperanza de que el más allá exista, el reencuentro.

Somos un misterio, algo que no comprendemos. Una infinita posibilidad que acaba en un segundo; y no lo comprendemos. Preguntamos a los dioses, gritamos, nos autolesionamos, sangramos y no hallamos respuesta.
No quiero pensar más en esto. Confieso; estoy en un espirituoso momento (otro más. Demasiados ya.); en un dulce suicidio; un dulce sueño.
Quiero belleza y, confieso; estoy soñando con una chica que me gusta. Anoche soñé con ella, y sueño ahora que le digo: Estoy en un espirituoso momento, lo que vas a escuchar a partir de ahora; no pienses que te lo ha dicho un borracho; piensa que te lo dice alguien que dice la verdad: Anoche soñé contigo y conmigo; los dos. Hablábamos, nos acercábamos, nos rozamos las mejillas y nos confesamos:
- Me gustas.
- Y tú a mí.
- Es tarde ¿Estás ahí?
-  Sí. No mires el reloj, mírame a mí.
- El tiempo no existe mientras existas tú.
- No hables del tiempo, sólo de mí.

Hernández Latorre escribió:La fuente de la vida es ya una película de culto, al menos para mí (y para ti mucho más). Prácticamente todas las películas de Aronofsky lo son. Miles de personas en este planeta se sienten identificados con los personajes, con el dolor, la desesperación, la esperanza de que el más allá exista, el reencuentro.

Somos un misterio, algo que no comprendemos. Una infinita posibilidad que acaba en un segundo; y no lo comprendemos. Preguntamos a los dioses, gritamos, nos autolesionamos, sangramos y no hallamos respuesta.
No quiero pensar más en esto. Confieso; estoy en un espirituoso momento (otro más. Demasiados ya.); en un dulce suicidio; un dulce sueño.
Quiero belleza y, confieso; estoy soñando con una chica que me gusta. Anoche soñé con ella, y sueño ahora que le digo: Estoy en un espirituoso momento, lo que vas a escuchar a partir de ahora; no pienses que te lo ha dicho un borracho; piensa que te lo dice alguien que dice la verdad: Anoche soñé contigo y conmigo; los dos. Hablábamos, nos acercábamos, nos rozamos las mejillas y nos confesamos:
- Me gustas.
- Y tú a mí.
- Es tarde ¿Estás ahí?
-  Sí. No mires el reloj, mírame a mí.
- El tiempo no existe mientras existas tú.
- No hables del tiempo, sólo de mí.

Pues sí que estás (o estabas) es un "espirituoso momento". Tiene gracia ese adjetivo, espirituoso, por su anfibología: lo mismo sirve para designar la espiritualidad que la embriaguez; después de todo, no son términos antitéticos: la espiritualidad es, también y sobre todo, un estado de embriaguez.

'The Fountain' es de largo la mejor película de Darren Aronofsky (curiosamente, tras ella empezó su declive artístico), y en mi caso, fue algo más que una experiencia cinematográfica; fue una experiencia mística. Si alguna vez podemos afirmar que una película nos ha cambiado la vida, a mí 'The Fountain' me la cambió.

Más tarde publicaré otro poema que escribí inspirado en ella.

Saludos, Mariano, y suerte con esa chica.

No recuerdo haber escrito algunas frases. La verdad, me sorprende que sea un comentario coherente.
No es un comentario para borrar, pero si alguna vez escribo algo anormal; bórralo.

A Aronofski le pasará lo que hemos hablado varias veces; no puede superar su obra maestra. Aún con eso, todo lo que hace me merece la pena verlo, incluso Madre, que es dura de ver, es una película que tenía que hacerse.

Realmente estoy fascinado con el sueño que tuve con ella. Ella es magnética, pero fue un sueño.

Saludos.

Hernández Latorre escribió:No recuerdo haber escrito algunas frases. La verdad, me sorprende que sea un comentario coherente.
No es un comentario para borrar, pero si alguna vez escribo algo anormal; bórralo.

A Aronofski le pasará lo que hemos hablado varias veces; no puede superar su obra maestra. Aún con eso, todo lo que hace me merece la pena verlo, incluso Madre, que es dura de ver, es una película que tenía que hacerse.

Realmente estoy fascinado con el sueño que tuve con ella. Ella es magnética, pero fue un sueño.

Saludos.

La última película de Aronofsky no la he visto. Tampoco me llama mucho la atención.

Para que decida borrar un comentario tiene que ser algo muy fuera de lugar. No dijiste nada malo. Sí me extrañó un poco el tono. Nada más. Comoquiera que sea, en este espacio poético se puede hablar de todo, siempre intentando aportar valor.

Saludos.

Recupero este poema, más reciente que otros.