Autobiografía de un nacer-.

Destruí oscuridades para llegar,
sonriente entre vestigios.
Me abrazaron, golpeando
tibiamente la carne amoratada.
Alfileres, ciertos metales después,
la brutalidad de los instrumentos quirúrgicos,
casi hiriendo los músculos, agujas dormidas.
Lluvias mecánicas, el rostro sucesivo,
eso ya en plena vida.

Si es que cuando hablo de vivisección y de precisión anatómica al referirme a tu poesía, por algo es. Leer un poema tuyo, como el presente, es como asistir a la 'Lección de anatomía' de Rembrandt. De pequeño, cuando veía esas reproducciones en los libros de texto, siempre me impresionaban: la brutalidad descarnada que lleva al conocimiento.

Este verso "Lluvias mecánicas, el rostro sucesivo" es estupendo. Poca obras poéticas supuran dolor como la tuya. Una forma muy original de asistir a un parto.

Saludos, Bienve.

Es un honor recibir tu elogio, Óscar, muchas gracias amigo. Un saludo!!