Fábrica abandonada-.

Visito las maderas,
los útiles de trabajo,
las mareas discordantes
de azulejos exasperados.
Visito las deidades, los dioses
de la madera serrada, el cuerpo
de la fábrica abandonada, el serpentín
de sangre y lágrimas, que amasan
diversas especies de pájaros e insectos.
Visito los labios, el grito autónomo,
la prisión de los vaciados contadores eléctricos,
el extenso arrecife de cables pelados y circuitos
sin savia: la mano tendida del patrón encolerizado.
Me doy a la madera; busco en su interior, resinas
bruscas, licuaciones de la fertilidad. Sangres pálidas
y menstruaciones dolorosas.
Visito los cables los tentáculos las pestilentes
y grasientas máquinas y las grúas desahuciadas
hace tiempo. Voy de un lado a otro, quizás
gimoteando, perforando tabletas, restituyendo
al recuerdo, un recuerdo supremo-.

Me gusta, a la par que me parece original, cómo mezclas lo orgánico ("menstruaciones dolorosas") con lo metálico, como en una pesadilla fabril (y febril, por descontado) o en una película de David Cronenberg. Al mismo tiempo, esas fábricas de madera también me recuerdan a 'Twin Peaks'.

Destaco estos versos:

"las mareas discordantes
de azulejos exasperados."

Saludos, Bienve.

Gracias Óscar, tus apuntes son siempre muy solidarios y atentos, críticos y constructivos. Un saludo-.