Respondiendo al viento de Oriente

La mano enferma
acaricia una rosa.
Dios es exacto



El Sol se ha ido.
Solo deja recuerdos
y escalofríos.



Tras la tormenta
faltaron mariposas
por la mañana.


Nieve en los montes
y vaho en la ventana.
Crujen mis huesos


Espejea el mat
y el viento me trae tu voz.
Dulce septiembre.

Veo que te has animado con unos haikus, imagino que tras ver nuestros tankas.

Son bellos y puros en su esencia. Transmiten amor y sobrecogimiento por los milagros de la naturaleza. Quizás el primero es el que más me ha gustado, porque además rebosa espiritualidad.

Me alegro de que también practiques este tipo de composición poética.

Saludos, Pablo.

P.D.: Creo que se te escapó una errata en "mat".

Muy buenos. Un saludo cordial Pablo!!

Efectivamente, al ver los tankas desempolvé alguns haikus que escribí hace muchos años, y que abandoé pronto por la dificultad que entañaban (y entrañan) para mi. Me resulta muy difícil concentrar tanto una idea y que siga siendo válida. Es algo parecido al esfuerzo de expresar con una sonata de violín y piano la desnsidad de un movimiento sinfónico.

Pablo Tormo Sales escribió:Efectivamente, al ver los tankas desempolvé alguns haikus que escribí hace muchos años, y que abandoé pronto por la dificultad que entañaban (y entrañan) para mi. Me resulta muy difícil concentrar tanto una idea y que siga siendo válida. Es algo parecido al esfuerzo de expresar con una sonata de violín y piano  la desnsidad de un movimiento sinfónico.

Para mí un haiku (o un tanka) no consiste tanto en sintetizar una idea como en describir un instante, una pincelada de realidad. Tal como yo lo veo, exige más esfuerzo elaborar una composición coral, donde suenan todos los instrumentos y tienes que buscar el equilibrio en ese maremágnum de sonidos. Es como comparar una novela con un microrrelato. Por muy bueno y original que sea el microrrelato, no se puede comparar con una novela, que es una obra mayor en todos los sentidos.

Por supuesto, es sólo mi apreciación.

Saludos.