A pesar de Calderón

A PESAR DE CALDERON

Pudiera yo, como entonces, soñar
y después, desvelar en ti lo soñado:
la alegría de tu gesto, la pena del adiós
que daña el alma como el granizo la fruta,
o el gozo imprevisto del retorno
que todo lo borra y cicatriza, si los años
trajeron soledades, vigilia y desencanto.

Aquéllos sueños de mi adolescencia
con violines, y tan leves como el amanecer
de un verano campestre,
tenían todos los ingredientes de la felicidad

Ellos me mostraron canciones de olas
emocionadas ante tu cuerpo de arena,
lejos de la algarabía verde de pájaros ebrios
que advirtieron lo que el amor no supo descifrar:
el camino largo como la vida que no se desea,
a través de muros de silencio y dolor

Es tiempo de dormir, dormir y esperar los sueños
que nunca faltaron a su cita con la vida.
Y despertar cada día con una nueva voluntad
para el mismo desafío: el de vivir para un sueño
y volver a soñar para vivir.

Los sueños siempre inspiran a los poetas (y a los psicoanalistas). Este poema se podría interpretar como un homenaje a Calderón De la Barca, aunque le das una vuelta de tuerca. Hay sueños en los que nos gustaría quedarnos a vivir.

El estilo, sencillo y transparente, casi hialino y bucólico.

¡Feliz Año Nuevo, Pablo!

¡Lo mismo te deseo a ti y a todos los integrantes del Parnasillo!