Pacific 231

PACIFIC 231

A Arthur Honegger



Así, preparada y tensa,
con su frío corazón hueco
y la respiración metálica sosegada,
la locomotora
resulta hermosa.

Oscuramente, a una hora
sin porqué, las conciencias
despertaron; el Destino
se dispuso a conducir
la feroz criatura.

Entonces, un aullido
lanzó la flecha de pupila amarilla,
incendiadas ya sus entrañas,
contra el aliento de la noche,
adentrándose, como un héroe
arrebatado, por una tierra sin paisaje
que mostrara, en ocasiones
sólo fotogramas de un color
sin vida.

Sobre la pregunta constante
de las ruedas, se acunan
sueños bien ganados,
algunas conversaciones cansadas,
o incómodas vigilias
ajenas al silencioso anhelo
que atraviesa la oscuridad.

Y así, el desafío
continúa hasta el final:
Solo fuerza

oprimiendo el tiempo
en todos los relojes,
para merecer el descanso
al término de su camino,
ya ahíta de distancia.

Los últuimos versos de cada estrofa completan la definicion. En el original, están desplazados del texto para hacer más visible la intención

Otro buen poema, Pablo: mi felicitación de año nuevo y mi saludo cordial!

Me ha parecido uno de tus poemas más originales, y no sólo por esa especie de acróstico o anagrama (permíteme la licencia) que aclaras en el escolio. Esa fusión de música y mecánica te ha salido pintiparada. No en vano, el tren, o la locomotora, es un animal metálico que se presta como pocos a la voz poética. El verso final: "ya ahíta de distancia", es muy buen cierre.

Saludos, Pablo.

Muchas gracias por vuestros comentarios. El poema nació como un experimento y un reto. Quería saber si podía expresar en forma poética la sensación musical de la obra (que, por otra parte, al ser una composición programática, no dejaba dudas sobre su intención). Hace años hice algo parecido sobre el Réquiem de Mozart, aunque más largo e interios, como es lógico pensar. Mucha felicidad para el año que viene y los que le sigan: no hay que ser tacaño en esto de desear felicidad.