Relato de un encuentro

RELATO DE UN ENCUENTRO






Casi sin darnos cuenta, la tarde
se nos metió en Lunas. Poco a poco las palabras
inundaron la escena. Veloces estrellas
bajaron a pie de calle. El poso del tiempo
quedó en el cenicero de la cafetería.
En el palacio de la memoria, aquellas salas
tenían el brillo del pecado inocente.
Dos personas, atrevidas y pulcras
al invocar el pasado, culpables y silenciosas
en presencia de antiguos sentimientos,
reían a la vez que espiaban el menor destello
en la otra mirada. Fue en este encuentro
a las afueras del mundo cuando zanjamos las cuentas
con el destino y renovamos los votos con la vida:
todo sucedió y de todo fuimos testigos,
sinceros o perjuros. Nuestras voces eran lejanas,
como un eco del paso diligente de las horas,
imágenes con color difuso de antiguas fotografías,
lugares en mapas perdidos, huertos con carnosos frutos,
calles con vidas entrelazadas que siempre compartían
lo poco y escondían sufrimientos: no se aireaban
desgracias que borraran la sonrisa de camino a casa.
Hemos tejido mientras anochece próximas ilusiones
con suaves alientos de juventud . En algún lugar se abren
ojos nuevos a una vida por hacer. Cerremos nosotros
ahora el telón con una sonrisa. Si, fuimos aquellos
cuyo resplandor ha llegado hasta esta noche.

Buen poema, Pablo: me gustó más el desarrollo de la segunda parte del mismo que el resto. Un saludo!

Comparto la opinión de Bienve. No es el mejor poema que te he leído, aunque percibo una mejoría en la segunda mitad. A mi modo de ver, le falta vuelo metafórico, riesgo en la construcción de las imágenes, algo de chispa y originalidad.

Saludos, Pablo.