Abril-.

Tras todas mis pupilas,
enteras, sinuosas, pertinentes,
escucho el silencio congregado
a través de las ventanas y de los siglos.
Ese silencio multiplicador, abrasivo,
renacido de sus huestes aniquiladas,
hinca sus dientes en mí e iguala
el nivel del agua en los soportales.
Son cráneos vencidos, lenguas improbables,
excitadas liturgias que el tiempo impuso
en su desorden impuro, y siento,
desde las voces del terror en las cavernas,
hasta los aullidos de las huellas carcomidas
en los templos y sinagogas.
Destartalada la lluvia aplaca mis gritos:
soy uno en este inaudito diluvio.

Muy buen poena. Me gusta mucho y tiene insinuada. una cierta musicalidad.

A mí también me ha gustado mucho. Buen ritmo, buenas metáforas ("cráneos vencidos, lenguas improbables") y una lograda atmósfera.

Saludos, Bienve.

Muchas gracias a ambos, Pablo y Óscar, es un poema antiguo. Un saludo!