Mi primera gota

Lunera

La Luna se baña en mis ojos,
enciende y apaga mis sueños,
se ríe a veces cuando lloro
y yo río cuando se ofende,
desnudo enciende mi cuerpo
y le desvelo mis secretos
esos que nadie entiende
o que no quieren entenderlos.

La Luna refleja de blanco
el algodón de mi cama,
descubre ante todos mis muchos errores,
mi lado más humano y mis imperfecciones.

Es dueña y señora del mundo mundano.
Compañera muda del sudor
y descanso del que trabaja
cómplice hiriente de los más prohibidos deseos.
Testiga del villano y sus delitos,
Aunque a veces no la veas
te está vigilando, aviso.

Ay lunera luna, alumbra esa cuna
que con su llanto roto te está llamando
Ay lunera luna alivia con dulzura
De aquellos que te miran mientras la llama de la vida se está apagando.

Ay lunera luna, luna lunera,
No dejes de despertarme, dormirme
y abrazarme y zarandear mi mente,
porque sin ti Luna, para que quiero dia,
si cuento las horas para volver a verte,
para volver a verte.

Ay luna blanca de madrugada
ay mala que guardas
no me pidas mañana
represalias del alma.

Esta noche vale santa
da igual quien acompaña
si la misma blanca
o la cara que me habla.

Me miraba de mala
de ama de mi cama
de dama invitada
que pasa por mi casa.

Era destreza de la selva
belleza extrema
recompensa del que espera
una hembra perfecta.

Tenía ojos de siembra
piernas muy tiernas
ideas de las fieras
y cejas de pantera.

De primeras de cerca
princesa que atraviesa
la puerta y resuelta
a defensa y muy tensa.

Al rato vestida sin prisa
y protegida de visita
del que invita
y busca una amiga.

Se da cuenta que de ella
no eran sus tetas
ni sus caderas
si no la curandera compañera.

No hay mujeres mas verdaderas
que las que se acercan
a tus respuestas
cuando estás de fiesta.

Son princesas que no piden respuestas
que llegan y te dejan
que te dan lo que te falta por sorpresa
y a cambio no te piden ni promesas.

Es un poema muy clásico en su concepción, con un leitmotiv, la luna, que ha inspirado a tantos poetas a lo largo de la historia.

En tu versar percibo ese aliento o llama poética tan necesaria para componer, pero el poema adolece de muchas imperfecciones; le falta trabajar mejor el ritmo y la puntuación, y ya si quieres elevarte por encima de las voces más comunes, unas metáforas y un lenguaje más original y desafiante.

Un verso tan largo como éste:

"De aquellos que te miran mientras la llama de la vida se está apagando."

Rompe todo el ritmo y la cadencia.

Luego hay rimas que tampoco ayudan nada, como:

"descubre ante todos mis muchos errores,
mi lado más humano y mis imperfecciones."

El eco final, en cambio, ese "para volver a verte", no me disgusta.

Saludos, José, y gracias por compartir.

P.D.: No entiendo, Curio, por qué has publicado ese poema como respuesta. Podías haberlo publicado como un tema nuevo.