Del estado de las cosas.

Voy a hacerte un pequeño resumen
del estado de las cosas,
mi pijama sigue puesto y decoroso,
en el armario grande hay más sitio para nada,
el otro lado de mi cama es un continente
mortalmente aburrido y sin explorar,
mi gata no te hace carantoñas,
el silencio se me ha vuelto impar,
mi taza de café no hace juego con la tuya,
mi nevera ya no guarda tus licores,
ni el pastel de queso que tanto te gustaba,
el mantel tiene manchas sólo de mi lado,
las fotos siguen sin revelarse
para no gastar en pañuelos de papel,
la música insiste en ser muy triste
aunque yo no la deje,
mi almohada se me abraza por las noches
y de mi pequeño corazón...
no he tenido más noticias.

"el silencio se me ha vuelto impar"

Genial este verso. Del himeneo entre "silencio" e "impar" sólo podía salir un verso tan hermoso y melancólico como éste, y es que ese "impar" (que yo también he utilizado en mi último poema) es un término muy expresivo, pues con una sola palabra dices lo que queda y lo que falta.

Por lo demás, también me ha gustado mucho la cotidianidad preñada de significados que da la enumeración prolija de esos seres y objetos que pueblan cualquier relación amorosa (detalle éste que ya comentamos al hilo de un poema de Marisol). Nada recuerda más al que ya no está que los objetos que se vuelven inútiles por la falta de uso (yo escribí algo parecido con motivo del cepillo de dientes; cuanto más diario su uso, mayor es la sensación de ausencia). Ah, y vuelve a aparecer el otro lado de la cama, donde el vacío es aún más notorio.

Un fuerte abrazo, María.

Qué manera tan hermosa y poética de describir esas situaciones a las que uno debe adaptarse después de que "el pequeño corazón" parece que anda algo encogido. Como señala el amigo Óscar, hay un sabor a cotidiano que combinas con versos que, además de brillantes, son universalmente reconocibles, y por los cuales me he sentido identificado.

Me gustó mucho, María.
Un fuerte abrazo.

Leerte y no sentirse identificada es imposible. A quién no le ha pasado sentir que el silencio se le vuelve impar. ¿Cómo se puede decir tanto en tan poco? tus descripciones son exactas y duelen sólo pensarlas.
Deja tu poema un regusto dulce-amargo que se disfruta mucho.
Un abrazo.