El solitario

¿Cómo pueden tantos tildarme de solitario?
No saben que me acompañan, me pueblan multitudes.
Son a veces sombras, seres del pasado, las que llegan en silencio
para tocar mi hombro con gélida y familiar mano,
como invitándome a tornar a una cita incumplida.
Otras, pósase solícito, a la par de mis pasos,
ese ebrio espectro que me arrastra entre risas
hasta amargos tragos de bohemia y camaradería.
¿Y el linaje de adustos y olvidados Pérez
que desde mis venas bulle hasta tomar posesión de mí?
De cada poro de la piel, de cada tic que mi ajado rostro agita.
Y al salir, ingenuo, al campo en busca de aire, bucólica respuesta,
¿acaso no acude con su cayado a guiarme aquel pastor
que no sabe sino hablarme del perdido rebaño?
Pero, al fin, el más importuno acompañante es este,
desdoblado y seco bosquejo de mi sombra,
fantoche eterno que promete nuevas vidas y fatuos resurgires.
Algún día iré a buscar la soledad en la muchedumbre
donde matar los sueños entre falsa y bulliciosa compañía.

¡Buenas, Pascual!

Un poema que perfectamente, a mi juicio, podría ser parte de una novela o un relato. Es muy narrativo, de una única estrofa.
Noto cierto aliento de la literatura del Siglo de Oro, aunque, por supuesto, es una percepción, que no quiere decir que esté

La temática me agrada.

¡Un saludo!

Imagino que esas áureas reminiscencias que Lucio ve en el poema se deben, en parte, a su temática bucólica, aunque dista mucho de ser una geórgica. Le confieres, eso sí, un carácter intimista, el propio de un diálogo contigo mismo, y con tus ancestros.

Me ha gustado. Saludos, Pascual.

Me ha gustado mucho leerlo, haces que me introduzca en tu pensamiento y reflexione a la misma vez que te leo.
Además que me ha parecido una manera bonita de hacerlo. Gracias por compartir algo tan tuyo.