Bajo el suelo.

Hablo de lo que supura
y traumatiza mi piel. Del
oscuro laberinto que transita
bajo las azucenas desmedidas
y piélagos de hiel. Hablo y
lo hago en voz alta. De lo mensurable
y de lo innumerable; de lo que exige
piel con piel. A través
de cántaros de leche, sonoros y
profundos, o a través de estufas
derrotadas en los candiles de las
estaciones abandonadas. Hablo,
hablo, y hablo, pero todo, del revés:
hilo de voz que anuncia el viento
y deja la materia inerte, indemne,
en el suelo.

©

Bienve escribió:Hablo de lo que supura
y traumatiza mi piel. Del
oscuro laberinto que transita
bajo las azucenas desmedidas
y piélagos de hiel. Hablo y
lo hago en voz alta. De lo mensurable
y de lo innumerable; de lo que exige
piel con piel. A través
de cántaros de leche, sonoros y
profundos, o a través de estufas
derrotadas en los candiles de las
estaciones abandonadas. Hablo,
hablo, y hablo, pero todo, del revés:
hilo de voz que anuncia el viento
y deja la materia inerte, indemne,
en el suelo.

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Tu poema de presentación se me ofrece como una obra muy interesante y reveladora, con un criticismo muy kantiano. En lo formal, me gustan los encabalgamientos y la puntuación; en cuanto al contenido, la metáfora soterrada y telúrica es como una raíz que estremece la tierra. Siento predilección por el vocablo "piélago", del que haces tan buen uso.

Espero seguir conociendo más muestras de tu poesía. Felicidades. Un abrazo.

Gracias por tus palabras de apoyo hacia esta mi primera obra presentada. La verdad es que nunca se me ocurrió hacer o realizar una crítica exhaustiva de lo que escribo, y menos, de la moralidad o de la ética, al estilo de Kant- no está demás decir que no soy él, como fácilmente se podrá ver y leer-. De forma que muchas gracias y un abrazo, Óscar!