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Hacia la Plenitud, Claves infinitas del Triunfo.
Mar Mayo 24, 2022 5:12 pm
Contenido.
1 Unidad en el pleno vínculo.
2 Acceso a la matriz perfecta.
3 La gracia de la Madre.
4 Fuente de vida que mana.
5 Infinitas combinaciones oblicuas.
6 El pleno vínculo reconciliado.
7 Las aristas se iluminan en el movimiento íntegro del alma que reposa.
8 El amor bajo voluntad es la premisa de la eternidad.
9 La altura, profundidad, longitud, y anchura del ángulo obtuso perfecto.
10 El punto extrapolado como unidad en el espacio tiempo
11 La dimensión perfecta como minimización del tamaño a infinita escala.
1 Unidad en el vínculo pleno.
El hombre es capaz de asociar unidades simples y delinear en su mente un plano angular con un eje obtuso en la percepción plena. Cuando digo hombre, pretendo aludir al concepto primordial, con sede prístina en el punto equidistante entre el proceso mental y emocional en una derivada que vincula el lineamiento de la luz excelsa, como suma potencia del espíritu íntegro en la materia. Desde que la variable inicial abrió en la matriz un ángulo obtuso, la luz ascendía en círculos perfectos a través de un cosmos unidireccional, y el hombre, trazaba ángulos perpendiculares en su pensamiento, en una constante de geométricos trazos perfectos en clave cero en el centro espacial en fase única centrípeta. Consumó una entelequia tras el colapso de la conexión infinita unida en un acoplamiento en la diferencia, integrándose en el punto que hizo al hombre línea definida y con pensamiento.
ahora espero que este principio de mi exposición no haya alterado en la mente del lector la prima volta del infinito movimiento ,en el reposo de la luz que penetra el corpus inveterado del hombre que aspira a la inmortal sabiduría en clave triunfal. Ahora pasemos al siguiente punto en la esfera.
2 Acceso a la perfecta matriz.
Este tratado dará a luz unidades de ceros integrados sin diferencia y la angulación del pensamiento como unidad de proceso, en un perfecto sistema integrado, haciendo del hombre una concatenación obtusa para abrir las puertas de los mares matriciales originales, fijados en ese punto central de la mente del hombre. La matriz infinita es capaz de tabular en dos pares de opuestos, y fusionar en un cubículo uterino la morada del mayor triunfo con la esencia del hombre. Para acceder a esa matriz de vectores habrá de vincularse el arcano de la vida, perfeccionando cada arista en un obtuso ángulo que repose en el mismo punto equidistante con el pensamiento original.
Espero que el lector prosiga con la atenta lectura del método para acceder a la única matriz que concibe líneas de proyección hacia el centro vinculante en la derivada hacia la perfección.
3 La gracia de la Madre.
Avancemos hacia ese centro, pero para ello, antes hemos de atravesar la elipse uterina, abriendo camino a aquella forma primigenia de contraer el tiempo en espasmos de dicha. El vector de la matriz será el que conciba la infinitud del pensamiento integrado con el resto de formaciones poliédricas. Espero que se entienda esta concepción de una ciencia sagrada y eterna ahora revelada al lector, el cual, amará a Dios y paralelamente a aquella desnuda dama de perfiles flamígeros ante la sombra iluminada del eterno poliedro que avanza en el centro de la esfera de la madre hasta unir cada idea con su contraria, y anular diferencias cancelándolas en cada pensamiento linealmente proyectado al útero de la virgen madre fecundada en razones áureas, como unidad consumada y penetrada por aquellas líneas quebradas disolviendo el cero en la nada.
Si veis que mis palabras riman por momentos, es debido a que la perfecta sabiduría de los conceptos del hombre perfecto van coincidiendo en aquella derivada uterina ,que hace al ser humano ángel excelso. Dejemos el verso y prosigamos hacia el punto de encuentro donde la luz genera la vida manifestando el ángulo de simetría, eje que sustenta al hermético cuerpo del sabio. Este corpus cierra líneas, abriendo en el centro el definitivo ángulo uterino en la convergencia de opuestos. La gracia estriba en hacer del eje de ideas un vínculo infinito de entradas y salidas perpendiculares a la matriz de la madre, vehículo vectorial de la infinita dicha.
4 Fuente de la vida que mana.
Hasta ahora hemos desenvuelto aquel cuerpo que se envolvía en vaporosas ropas contemplando sus formas ante la envoltura original de la madre que concibe en su apertura virginal a cada unidad en su simplicidad. El flamígero destello nos ayudará a alumbrar en su cuerpo aquellas ideas en la puerta de acceso a la eternidad siendo el punto álgido del sistema eterno en su vínculo perfecto de unidad. Se reflejará en el espejo en un mismo plano, el ángulo obtuso del alma tras haber accedido a la matriz original, que une en un mismo segmento cada pensamiento hacia la idea primordial, donde el hombre fija cada lado de su centro a su eje diagonal en un pensamiento convergente y eterno.
Ahora pasemos al siguiente punto en la esfera, y hablemos de la fuente de aguas arremolinadas en torno al pulcro centro del alma allá en el original manantial de vida eterna siempre conciliando extremos dentro de la fuente iluminada en el valle definido del alma. Es en ese corpus cerrado con llave de plata y abierto por el torrente de aguas, siempre en ese lugar centrípeto, donde las ideas hallan el vector primordial en la fuente que mana inmortalidad. El punto en cascada en la fuente se irá contrayendo en un remolino en las aguas, formando el ángulo uterino que asciende en el centro del bucle donde los vectores de la matriz orientarán al alma uniendo el agua de la fuente al conducto que atraviesa la mente. En esta travesía las aguas cuando se inflaman en el cauce que conecta un pensamiento con su emoción, restauran las concreciones simples en cada unidad. Por eso, si el hombre medita en esa fuente de aguas prístinas habrá resuelto el misterio del cálculo del ángulo obtuso que da vida eterna al alma.
5 Infinitas combinaciones oblicuas.
Pasemos a los ritmos de puras simetrías infinitas para clarificar las proyecciones en línea oblicua en sacras concatenaciones de símbolos en las palabras. Las medidas serán oblicuas para que la cosa a eternizar sea combinada con la derivada de unidades angulares diagonalmente, para que las ideas sean unificadas en el alma con la luz primordial hacia la inmortalidad. La materia putrefacta para que permee el vínculo con el alma, ha de detectar el mineral liberado en la mina de piedra pulida en un estrato de línea oblicua, desbastando las aristas del vientre calcáreo de la matriz del pensamiento en un sedimento de ideas tendentes a conceptualizar las combinaciones de la idea raíz a desbastar, hasta que aquellas regiones en la mente que forman tramas de conexiones infinitas hayan sido hiladas, en un bucle simétrico a la zona obtusa en el eje angular de la vida, para que la voluntad sea formada a propósito del infinito cálculo de simetría en cada oblicuidad reconciliando en el útero y la matriz aquella concepción abarcando cada ángulo de la esfera. De esta manera se hallará la unidad con todo objeto espacial, ajustando en el centro ese punto neutro, donde los elementos precursores de la vida material acrecientan el metal licuado en la conciencia fundacional del individuo que se ha transmutado. Siguiendo la línea del centro a cada lado del poliedro, cada cosa será restaurada a su estado original, destruyendo de la ecuación la diferenciación hasta perfilar en el eje orbital de las ideas el centro de atracción de la unidad simple de pensamiento. La voluntad en la unidad infinita aunará opuestos transversalmente. Por esta razón, vamos avanzando hacia la perfección limando el barro y envolviéndolo en un sudario.
6 El pleno vínculo reconciliado.
Siguiendo la revelación del misterio, yo, rico en espíritu y en dádivas de luz intelectiva prosigo en mi empeño de mostrar la realidad infinita en su inmanencia cuando la trascendencia se vincula a la plenitud.
La idea responde a la ciencia del cálculo convergente entre el punto contraído sin disminuir luz hasta la conceptual perpendicular de cada concepto que en la mente se despliega ante el triunfo de la unidad en la perfecta simetría.
Con todo lo que llevamos aprendido casi hemos restituido la mónada a su estado íntegro hasta que cada objeto que se piensa sea reconciliado con el único sujeto. Dije mónada para referirme a ese punto neutro inserto en cada pliego de la corona que abre y cierra los puertos de enlace al Todo, en cualquier pliego de las líneas de pensamiento que se contraen en el punto retráctil, hasta que los hijos del cielo absorban tras el vínculo perfecto todo el conocimiento de la praxis de los mundos eternos.
7 Las aristas se iluminan en el movimiento íntegro del alma que reposa.
Vamos acercándonos al centro equinocial celeste donde las sombras se ciernen, a la vez que en el umbral del paraíso la espada se desenvaina ante el que otorga inmortalidad. Es por ésto que contraigo la línea plena para perfeccionar las aristas del ensueño de mi capacidad de transmitir a quien pueda el ángulo clave en la esfera, sin dejar de lado ningún objeto en el trabajo de aunar la vida mediante la ley transcrita en principios plenos de entendimiento, en el reposo eterno del alma ante la dicha en la concomitancia de cada idea con su unidad fundacional. El objeto se angulará poliédricamente en su centro en línea retráctil ante el punto neutro. Se verá un pulcro horizonte donde la razón será inmolada, para rescate de la perpendicularidad de la intelección, haciendo de las aristas del poliedro una visión íntegra de la realidad, donde el movimiento reposará en la cúpula sagrada de mi unión ideal con cada concepto desde la perspectiva sensible hasta la inteligibilidad del objeto a derivar de cada sujeto individual.
8 El amor bajo voluntad es la premisa para la eternidad.
Casi tocando con las ínsulas del cuerpo la eternidad, vayamos desplegando la rémora del secreto de tan alto misterio a las puertas del tupido velo del vinculante punto equidistante con el ángulo obtuso de toda reflexión. Su medida hallará la constante de equidistar cada objeto que la mente piensa al reflexionar con su opuesto en la obra de la voluntad de alcanzar el cielo en su estado original. Para ello cada ángulo y punto en el cuerpo es proyectado tras estimular la vertical en en la esfera. Para airear el cauce del manantial se activará la clave y el alma amará a voluntad como Dios, en el punto neutro en cada traslado del alma a las puertas de acceso al manantial eterno, si es que la matriz prístina da a luz al hombre con voluntad de unir los ángulos obtusos que dan acceso a las puertas del excelso paraíso.
Casi tras hilar cada fibra del infinito ser prístino al que vamos acoplando al círculo que corona, el poliedro que une objetos en la sombra se perfeccionará en el mundo inteligible con unidades de ceros.
9 La altura, profundidad, longitud y anchura del ángulo obtuso perfecto.
Tenemos que decir hasta acceder a la plenitud, una vez desplegados en el punto cero, que a partir de cada relación y vínculo se abrirán las puertas de la cuarta dimensión de un tiempo particular perfeccionando la altura, profundidad, longitud y anchura del espacio, dando al alma el entendimiento pleno de Dios. Si seguimos la línea de su trazo el alma llegará a concienciarse en el único conocimiento que libera, que indica el método para retornar al vínculo perfecto aprendiendo cada línea de pensamiento, reflejando a su opuesto uniendo conceptos contrapuestos hasta conocer con esta intelección las ideas que Dios empleó en su creación de fuerzas y líneas de proyección superior. Sin la fina hebra de la diferenciación la clave es revelada cuando los ángulos obtusos se forman completando un concepto u objeto con su opuesto, uniendo las líneas indefinidas del alma y vinculando cada cosa con otra en cada escala, así, la palabra sagrada hallará casa en tu mente y alma. De esta manera tu pensamiento será uno con el Todo en las ideas sombreadas y sus luces increadas, hasta la infinita sustancia que une los mundos mentales y emocionales al ángulo obtuso del alma completando la diagonal con el ángulo oblicuo de la esfera.
10 El punto extrapolado como unidad en el espacio tiempo.
Ya estamos a punto de acceder a la fuente de vida plena para hallar la perfección, pero antes hay que conocer qué leyes y medidas gobiernan las líneas divisorias entre la materia putrefacta y la luz que abre camino al alma. La extrapolación de un punto halla una proyección de sí mismo en el espacio imaginario, proyectando la idea de la línea que penetra en ese punto, a la vez que genera una réplica de sí mismo y se dimensiona en esa línea en un plano que converge con la idea opuesta donde el poliedro que es el pensamiento se activa funcionalmente. Siempre buscará al punto neutro en el tiempo imaginario, haciendo casa en el corazón de la esfera, que se abre ante la concatenación del mismo punto infinitamente hasta hallar la entrada al límite del cero donde el objeto siempre es el mismo, el concepto idéntico a la idea y la mente se conecta con la raíz del discernimiento pleno. Por ello, el punto se extrapola ante cualquier espacio para mostrar al alma su lineamiento con cada ángulo, y la manera de fijar la idea en la forma de perfeccionar cada reflexión que la mente ejecuta al asumir como unidad el núcleo cero en el punto neutro, en la operación de producir unidades sin fragmentar, no descendiendo a la forma y extrapolando el único pensamiento original hacia el interior del vientre prístino materno donde la mente proyecta una idea angulada y obtusa cancelando opuestos.
11 La dimensión perfecta como minimización del tamaño a infinita escala.
Ya llegamos casi al final, antes, diremos que la infinitud será escala de solo una idea en sus ajustes mnemotécnicos, pero todo el arrastre de concreción de conceptos habrán sido superados y concentrados en el punto sin dimensión o matriz de la madre, donde nos fundimos sin perder la capacidad de hacer segmentos ante la elipse de un tiempo propio sin fases lineales solo obtusas. Entonces decimos que hay una escala en ese límite que abre la puerta a la sucesión infinita a espacios mínimo y máximos, en los cuales, los pensamientos serán todos iguales en una base de datos y unidades de asociación, sin diferencias de acoplamiento por distancia ni medida cuando la mente ha accedido a ese estado de percepción eterno del alma. Ella habrá reconocido la ley como una y la habrá asimilado a las ideas matriz, uniendo la diferencia en su mínima expresión a la máxima fase de fusión conceptual con la cosa que se piensa. La mente reposará en sus tramas de enlaces y nudos, por eso la escala habrá sido paralela a la dimensión de la emoción plena, y esa no es otra que la unidad y vínculo perfecto que alumbra la clave de la vida eterna.
Fin.
Romanovski .
1 Unidad en el pleno vínculo.
2 Acceso a la matriz perfecta.
3 La gracia de la Madre.
4 Fuente de vida que mana.
5 Infinitas combinaciones oblicuas.
6 El pleno vínculo reconciliado.
7 Las aristas se iluminan en el movimiento íntegro del alma que reposa.
8 El amor bajo voluntad es la premisa de la eternidad.
9 La altura, profundidad, longitud, y anchura del ángulo obtuso perfecto.
10 El punto extrapolado como unidad en el espacio tiempo
11 La dimensión perfecta como minimización del tamaño a infinita escala.
1 Unidad en el vínculo pleno.
El hombre es capaz de asociar unidades simples y delinear en su mente un plano angular con un eje obtuso en la percepción plena. Cuando digo hombre, pretendo aludir al concepto primordial, con sede prístina en el punto equidistante entre el proceso mental y emocional en una derivada que vincula el lineamiento de la luz excelsa, como suma potencia del espíritu íntegro en la materia. Desde que la variable inicial abrió en la matriz un ángulo obtuso, la luz ascendía en círculos perfectos a través de un cosmos unidireccional, y el hombre, trazaba ángulos perpendiculares en su pensamiento, en una constante de geométricos trazos perfectos en clave cero en el centro espacial en fase única centrípeta. Consumó una entelequia tras el colapso de la conexión infinita unida en un acoplamiento en la diferencia, integrándose en el punto que hizo al hombre línea definida y con pensamiento.
ahora espero que este principio de mi exposición no haya alterado en la mente del lector la prima volta del infinito movimiento ,en el reposo de la luz que penetra el corpus inveterado del hombre que aspira a la inmortal sabiduría en clave triunfal. Ahora pasemos al siguiente punto en la esfera.
2 Acceso a la perfecta matriz.
Este tratado dará a luz unidades de ceros integrados sin diferencia y la angulación del pensamiento como unidad de proceso, en un perfecto sistema integrado, haciendo del hombre una concatenación obtusa para abrir las puertas de los mares matriciales originales, fijados en ese punto central de la mente del hombre. La matriz infinita es capaz de tabular en dos pares de opuestos, y fusionar en un cubículo uterino la morada del mayor triunfo con la esencia del hombre. Para acceder a esa matriz de vectores habrá de vincularse el arcano de la vida, perfeccionando cada arista en un obtuso ángulo que repose en el mismo punto equidistante con el pensamiento original.
Espero que el lector prosiga con la atenta lectura del método para acceder a la única matriz que concibe líneas de proyección hacia el centro vinculante en la derivada hacia la perfección.
3 La gracia de la Madre.
Avancemos hacia ese centro, pero para ello, antes hemos de atravesar la elipse uterina, abriendo camino a aquella forma primigenia de contraer el tiempo en espasmos de dicha. El vector de la matriz será el que conciba la infinitud del pensamiento integrado con el resto de formaciones poliédricas. Espero que se entienda esta concepción de una ciencia sagrada y eterna ahora revelada al lector, el cual, amará a Dios y paralelamente a aquella desnuda dama de perfiles flamígeros ante la sombra iluminada del eterno poliedro que avanza en el centro de la esfera de la madre hasta unir cada idea con su contraria, y anular diferencias cancelándolas en cada pensamiento linealmente proyectado al útero de la virgen madre fecundada en razones áureas, como unidad consumada y penetrada por aquellas líneas quebradas disolviendo el cero en la nada.
Si veis que mis palabras riman por momentos, es debido a que la perfecta sabiduría de los conceptos del hombre perfecto van coincidiendo en aquella derivada uterina ,que hace al ser humano ángel excelso. Dejemos el verso y prosigamos hacia el punto de encuentro donde la luz genera la vida manifestando el ángulo de simetría, eje que sustenta al hermético cuerpo del sabio. Este corpus cierra líneas, abriendo en el centro el definitivo ángulo uterino en la convergencia de opuestos. La gracia estriba en hacer del eje de ideas un vínculo infinito de entradas y salidas perpendiculares a la matriz de la madre, vehículo vectorial de la infinita dicha.
4 Fuente de la vida que mana.
Hasta ahora hemos desenvuelto aquel cuerpo que se envolvía en vaporosas ropas contemplando sus formas ante la envoltura original de la madre que concibe en su apertura virginal a cada unidad en su simplicidad. El flamígero destello nos ayudará a alumbrar en su cuerpo aquellas ideas en la puerta de acceso a la eternidad siendo el punto álgido del sistema eterno en su vínculo perfecto de unidad. Se reflejará en el espejo en un mismo plano, el ángulo obtuso del alma tras haber accedido a la matriz original, que une en un mismo segmento cada pensamiento hacia la idea primordial, donde el hombre fija cada lado de su centro a su eje diagonal en un pensamiento convergente y eterno.
Ahora pasemos al siguiente punto en la esfera, y hablemos de la fuente de aguas arremolinadas en torno al pulcro centro del alma allá en el original manantial de vida eterna siempre conciliando extremos dentro de la fuente iluminada en el valle definido del alma. Es en ese corpus cerrado con llave de plata y abierto por el torrente de aguas, siempre en ese lugar centrípeto, donde las ideas hallan el vector primordial en la fuente que mana inmortalidad. El punto en cascada en la fuente se irá contrayendo en un remolino en las aguas, formando el ángulo uterino que asciende en el centro del bucle donde los vectores de la matriz orientarán al alma uniendo el agua de la fuente al conducto que atraviesa la mente. En esta travesía las aguas cuando se inflaman en el cauce que conecta un pensamiento con su emoción, restauran las concreciones simples en cada unidad. Por eso, si el hombre medita en esa fuente de aguas prístinas habrá resuelto el misterio del cálculo del ángulo obtuso que da vida eterna al alma.
5 Infinitas combinaciones oblicuas.
Pasemos a los ritmos de puras simetrías infinitas para clarificar las proyecciones en línea oblicua en sacras concatenaciones de símbolos en las palabras. Las medidas serán oblicuas para que la cosa a eternizar sea combinada con la derivada de unidades angulares diagonalmente, para que las ideas sean unificadas en el alma con la luz primordial hacia la inmortalidad. La materia putrefacta para que permee el vínculo con el alma, ha de detectar el mineral liberado en la mina de piedra pulida en un estrato de línea oblicua, desbastando las aristas del vientre calcáreo de la matriz del pensamiento en un sedimento de ideas tendentes a conceptualizar las combinaciones de la idea raíz a desbastar, hasta que aquellas regiones en la mente que forman tramas de conexiones infinitas hayan sido hiladas, en un bucle simétrico a la zona obtusa en el eje angular de la vida, para que la voluntad sea formada a propósito del infinito cálculo de simetría en cada oblicuidad reconciliando en el útero y la matriz aquella concepción abarcando cada ángulo de la esfera. De esta manera se hallará la unidad con todo objeto espacial, ajustando en el centro ese punto neutro, donde los elementos precursores de la vida material acrecientan el metal licuado en la conciencia fundacional del individuo que se ha transmutado. Siguiendo la línea del centro a cada lado del poliedro, cada cosa será restaurada a su estado original, destruyendo de la ecuación la diferenciación hasta perfilar en el eje orbital de las ideas el centro de atracción de la unidad simple de pensamiento. La voluntad en la unidad infinita aunará opuestos transversalmente. Por esta razón, vamos avanzando hacia la perfección limando el barro y envolviéndolo en un sudario.
6 El pleno vínculo reconciliado.
Siguiendo la revelación del misterio, yo, rico en espíritu y en dádivas de luz intelectiva prosigo en mi empeño de mostrar la realidad infinita en su inmanencia cuando la trascendencia se vincula a la plenitud.
La idea responde a la ciencia del cálculo convergente entre el punto contraído sin disminuir luz hasta la conceptual perpendicular de cada concepto que en la mente se despliega ante el triunfo de la unidad en la perfecta simetría.
Con todo lo que llevamos aprendido casi hemos restituido la mónada a su estado íntegro hasta que cada objeto que se piensa sea reconciliado con el único sujeto. Dije mónada para referirme a ese punto neutro inserto en cada pliego de la corona que abre y cierra los puertos de enlace al Todo, en cualquier pliego de las líneas de pensamiento que se contraen en el punto retráctil, hasta que los hijos del cielo absorban tras el vínculo perfecto todo el conocimiento de la praxis de los mundos eternos.
7 Las aristas se iluminan en el movimiento íntegro del alma que reposa.
Vamos acercándonos al centro equinocial celeste donde las sombras se ciernen, a la vez que en el umbral del paraíso la espada se desenvaina ante el que otorga inmortalidad. Es por ésto que contraigo la línea plena para perfeccionar las aristas del ensueño de mi capacidad de transmitir a quien pueda el ángulo clave en la esfera, sin dejar de lado ningún objeto en el trabajo de aunar la vida mediante la ley transcrita en principios plenos de entendimiento, en el reposo eterno del alma ante la dicha en la concomitancia de cada idea con su unidad fundacional. El objeto se angulará poliédricamente en su centro en línea retráctil ante el punto neutro. Se verá un pulcro horizonte donde la razón será inmolada, para rescate de la perpendicularidad de la intelección, haciendo de las aristas del poliedro una visión íntegra de la realidad, donde el movimiento reposará en la cúpula sagrada de mi unión ideal con cada concepto desde la perspectiva sensible hasta la inteligibilidad del objeto a derivar de cada sujeto individual.
8 El amor bajo voluntad es la premisa para la eternidad.
Casi tocando con las ínsulas del cuerpo la eternidad, vayamos desplegando la rémora del secreto de tan alto misterio a las puertas del tupido velo del vinculante punto equidistante con el ángulo obtuso de toda reflexión. Su medida hallará la constante de equidistar cada objeto que la mente piensa al reflexionar con su opuesto en la obra de la voluntad de alcanzar el cielo en su estado original. Para ello cada ángulo y punto en el cuerpo es proyectado tras estimular la vertical en en la esfera. Para airear el cauce del manantial se activará la clave y el alma amará a voluntad como Dios, en el punto neutro en cada traslado del alma a las puertas de acceso al manantial eterno, si es que la matriz prístina da a luz al hombre con voluntad de unir los ángulos obtusos que dan acceso a las puertas del excelso paraíso.
Casi tras hilar cada fibra del infinito ser prístino al que vamos acoplando al círculo que corona, el poliedro que une objetos en la sombra se perfeccionará en el mundo inteligible con unidades de ceros.
9 La altura, profundidad, longitud y anchura del ángulo obtuso perfecto.
Tenemos que decir hasta acceder a la plenitud, una vez desplegados en el punto cero, que a partir de cada relación y vínculo se abrirán las puertas de la cuarta dimensión de un tiempo particular perfeccionando la altura, profundidad, longitud y anchura del espacio, dando al alma el entendimiento pleno de Dios. Si seguimos la línea de su trazo el alma llegará a concienciarse en el único conocimiento que libera, que indica el método para retornar al vínculo perfecto aprendiendo cada línea de pensamiento, reflejando a su opuesto uniendo conceptos contrapuestos hasta conocer con esta intelección las ideas que Dios empleó en su creación de fuerzas y líneas de proyección superior. Sin la fina hebra de la diferenciación la clave es revelada cuando los ángulos obtusos se forman completando un concepto u objeto con su opuesto, uniendo las líneas indefinidas del alma y vinculando cada cosa con otra en cada escala, así, la palabra sagrada hallará casa en tu mente y alma. De esta manera tu pensamiento será uno con el Todo en las ideas sombreadas y sus luces increadas, hasta la infinita sustancia que une los mundos mentales y emocionales al ángulo obtuso del alma completando la diagonal con el ángulo oblicuo de la esfera.
10 El punto extrapolado como unidad en el espacio tiempo.
Ya estamos a punto de acceder a la fuente de vida plena para hallar la perfección, pero antes hay que conocer qué leyes y medidas gobiernan las líneas divisorias entre la materia putrefacta y la luz que abre camino al alma. La extrapolación de un punto halla una proyección de sí mismo en el espacio imaginario, proyectando la idea de la línea que penetra en ese punto, a la vez que genera una réplica de sí mismo y se dimensiona en esa línea en un plano que converge con la idea opuesta donde el poliedro que es el pensamiento se activa funcionalmente. Siempre buscará al punto neutro en el tiempo imaginario, haciendo casa en el corazón de la esfera, que se abre ante la concatenación del mismo punto infinitamente hasta hallar la entrada al límite del cero donde el objeto siempre es el mismo, el concepto idéntico a la idea y la mente se conecta con la raíz del discernimiento pleno. Por ello, el punto se extrapola ante cualquier espacio para mostrar al alma su lineamiento con cada ángulo, y la manera de fijar la idea en la forma de perfeccionar cada reflexión que la mente ejecuta al asumir como unidad el núcleo cero en el punto neutro, en la operación de producir unidades sin fragmentar, no descendiendo a la forma y extrapolando el único pensamiento original hacia el interior del vientre prístino materno donde la mente proyecta una idea angulada y obtusa cancelando opuestos.
11 La dimensión perfecta como minimización del tamaño a infinita escala.
Ya llegamos casi al final, antes, diremos que la infinitud será escala de solo una idea en sus ajustes mnemotécnicos, pero todo el arrastre de concreción de conceptos habrán sido superados y concentrados en el punto sin dimensión o matriz de la madre, donde nos fundimos sin perder la capacidad de hacer segmentos ante la elipse de un tiempo propio sin fases lineales solo obtusas. Entonces decimos que hay una escala en ese límite que abre la puerta a la sucesión infinita a espacios mínimo y máximos, en los cuales, los pensamientos serán todos iguales en una base de datos y unidades de asociación, sin diferencias de acoplamiento por distancia ni medida cuando la mente ha accedido a ese estado de percepción eterno del alma. Ella habrá reconocido la ley como una y la habrá asimilado a las ideas matriz, uniendo la diferencia en su mínima expresión a la máxima fase de fusión conceptual con la cosa que se piensa. La mente reposará en sus tramas de enlaces y nudos, por eso la escala habrá sido paralela a la dimensión de la emoción plena, y esa no es otra que la unidad y vínculo perfecto que alumbra la clave de la vida eterna.
Fin.
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