Sombras-.

Yo era un árbol,
solitario, en la intemperie.
Destrozado por las inclemencias,
solo, desarmado, inerme.
Sobre las estructuras del amianto,
restituía el sol, a las crepitantes hogueras.
Albas desnudas, que mi espíritu
solicitaba, apenas respiraba, sin treguas.
Voces del miedo, en delirantes lenguas,
clamaban dentro mía, alfileres clavados
con su punzón oxidado en mi tórax.
Árboles o pájaros, martirios del corazón:
sombras.

Esos árboles solitarios siempre me recuerdan al de Teneré. Pocas figuras hay más poéticas y, por lo general, más melancólicas que el árbol. Pero en los árboles anidan los pájaros con su canto sonoroso y se alzan espléndidos de luz. Los dos últimos versos me han parecido afortunados. Eso sí, cuidado con ese "dentro mía"; lo correcto es "dentro de mí".

Saludos.

No concuerdo con la expresión exclusiva ''dentro de mí''; pudiera ser lo correcto inserto en un contexto diferente al poético, mas ya sabemos que en poesía las estructuras gramaticales y los conceptos ortográficos pueden subvertirse. Un saludo-.