Carta de desamor

¿Hola?
¿Hay alguien ahí?
¿Sigues existiendo o eres un recuerdo pasajero?
Dando igual lo que seas esto es para ti.
Para que lo leas y comprendas que sobreviví.
Sigo vivo trás tu huida.
Dejé de oler tu aroma a naftalina.
Fue duro y cruel por tu parte, volar y no preguntarme si yo también quería surcar los cielos que tanto aspirabas a llegar.
Te fuiste.
Te fumaste como el humo del cigarro, que sale de mis labios, rozándonos con sutileza como lo hiciste aquella tarde en Venecia.
Sigo sin entender porqué apareciste.
Porqué tuviste que enamorarme para luego romper lo que adoraste.
Y es así como te sigo recordando.
Y me ahogo.
Me ahogo con mi sollozos al recordar los momentos en los que éramos nosotros.
Al levantarme y notar el hueco de la cama frío, vacío al no dormir contigo.
Al no despertarme por las mañanas, aún con los ojos llenos de lagañas y no sentir tu calidez en mi espalda.
Normalizamos el levantarnos tarde los sábados, pero se quedó con una costumbre del pasado.
Como lo que eres.

Grato leer tu poema. Y a la vez te doy la bienvenida.

Un abrazo Captus