Ya te lo dije-.

Tus dos ojos escrupulosos
me remiten a una yedra salvaje
creciendo entre faunas y frondas
de niños y rodillas vegetales. Tus dos pómulos
alocados, deliran en mi rostro,
sacudiéndolo de pólenes y espigas secas.
Esfinges doradas multiplican su deseo
en tus iris ambivalentes, y son, el grano
enmohecido que humedece el lino de
los prados. Te quiero, pero eso ya te lo dije.
Benditas tus piedras si con ellas, lleno
de estrellas, las sombras de tu ausencia.
01/06/16©

Últimamente veo tanto polen en tus versos como flotando en los parques y en las alamedas de robles. Este poema es como un almuerzo campestre o un cuadro de Henri Rousseau; rezuma naturaleza. A mí me sobran las comas finales.

Saludos.

Gracias Óscar, saludos!